03-Noviembre-2008 Hernán Padilla Mañana se celebra el evento de mayor importancia en la vida democrática de los puertorriqueños: el proceso electoral. Me uno a la fiesta de pueblo que precede este encuentro con la conciencia colectiva de la mayoría de los ciudadanos. Durante la campaña política, se presentaron y se debatieron programas de gobierno para el futuro. La discusión pública es la fuente que brinda información para tomar una decisión política racional, lógica. Sabido es que las elecciones generales no son plebiscitarias. El 4 de noviembre se eligen los representantes de las aspiraciones mayoritarias de los electores. Aquí radica la importancia ideológica del 4 de noviembre. Los problemas que enfrentan los electores son avasallantes: descalabro económico, desempleo, pobreza, deuda pública sin control, extrema dependencia de fondos federales, corrupción gubernamental, agricultura abandonada, pésimos servicios de salud, inseguridad galopante, monopolio de la AEE y un Departamento de Justicia parcializado y politizado, entre otros asuntos. De no ser por las ayudas y transferencias federales multimillonarias de $23,324,000,000 de agencias como Educación, Salud, Vivienda, y programas como Medicare, Seguro Social, Sección 8 y Asistencia Nutricional, los puertorriqueños vivirían en una pobreza extrema. Resulta innegable la realidad que la relación permanente con Estrados Unidos está en juego en estas elecciones. Los partidos y los candidatos han comunicado claramente su objetivo ideológico de resultar electos. Acevedo quiere perversamente transformar la elección general en un referéndum sobre el status. El objetivo es continuar el engaño y convocar una Constituyente separatista para convertir a Puerto Rico en una república. Luego tratarán de negociar con Estados Unidos para que brinden ayuda económica a los ciudadanos americanos que residan en Puerto Rico. Ese es el engañoso “pacto”. El PIP está claro. Quieren la independencia a como dé lugar. Su meta no es administrar la colonia, es promover la independencia. La nueva propuesta del ELA culminado contiene principios que fueron “rechazados” y no son aceptables para el Congreso. Estados Unidos sostiene que Puerto Rico es un territorio no incorporado y tajantemente rechaza el ELA culminado. Esta patraña política no encaja dentro del marco constitucional americano. Bajo la “soberanía” que reclaman los líderes coloniales, crearían una nación independiente sin un voto a favor de la independencia y más tarde tratar de asociarla a Estados Unidos: “república asociada”. Los miembros de la nueva generación de puertorriqueños no serían ciudadanos americanos. Luis Fortuño se compromete a defender vigorosamente la ciudadanía americana y luchar para retener las garantías constitucionales, los derechos individuales, las libertades civiles, el progreso, la prosperidad y las oportunidades de crecimiento personal y colectivo que brinda el modelo politico-económico de estadidad federada. La verdadera soberanía a la que aspira el pueblo de Puerto Rico es la soberanía del estado federado. La estadidad garantiza autonomía local, los poderes de la soberanía estatal, igualdad en la ciudadanía, prosperidad, la estabilidad de la unión permanente y brinda finalmente, tras 110 años de ignominiosa colonia, dignidad a Puerto Rico. Mientras los puertorriqueños no resuelvan su problema del status de manera final, continuará la gran válvula de escape: 4 millones de seres humanos con raíces puertorriqueñas que residen en los Estados Unidos. Estudiantes, profesionales, jubilados y familias completas en todos los niveles económicos, se siguen sumando a la nueva generación de emigrantes que viven en un estado federado. Todos en busca de seguridad y prosperidad. Al final de la jornada eleccionaria, cada ciudadano tiene que asumir responsabilidad por las consecuencias que su decisión tenga sobre el futuro del país. El resultado final es un mandato legislativo, ejecutivo, gubernamental y administrativo. La ideología que obtenga el respaldo de una mayoría robusta, reclamará que obtuvo un mandato claro para implantarla. Los candidatos del PIP impulsarán la independencia. El PPD movería cielo y tierra a favor de una república independiente, asociada y subsidiada. El PNP continuará en su trayectoria en defensa de la unión permanente, la ciudadanía americana y la estadidad federada. Más claro no canta un gallo. El componente plebiscitario está presente en las elecciones. El país merece y reclama solución a los problemas, buen gobierno y políticos honestos Queremos asegurar que el futuro estará ligado en unión permanente a Estados Unidos.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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