MAURICE A. FERRE Ex alcalde de Miami En mi previo artículo expliqué mi antipatía a continuar con la política funesta del presidente George W. Bush por cuatro años más. Son los mismos. Los cabilderos republicanos, actuales dirigentes de la campaña McCain, Rick Davis, su socio empresarial Charlie Black y los múltiples discípulos de Karl Rove (el autor de la campaña Bush) regresarán a ser cabilderos después del 4 de noviembre o, peor, participarán en el gobierno de McCain. Es ingenuo pensar que el autodesignado ''desregulador mayor'' de Washington, después del desastre financiero mayor de EEUU en 79 años, ahora se convierta en el regulador del despilfarro rampante de Wall Street y de K Street (Washington). McCain auspició el odioso Military Commissions Act of 2006, del que el Tribunal Supremo de EEUU falló en contra por violar uno de los derechos civiles fundamentales de la nación, el de derecho de habeas corpus. George W. Bush y John McCain hasta la semana pasada repetían continuamente: ''La economía de EEUU es sana y firme''. Esta es la misma frase que le trajo infamia al no ingenuo presidente republicano de 1929, Herbert Clark Hoover. Pero John McCain y la plataforma republicana son mucho más favorables a la causa estadista para Puerto Rico, causa de mi interés. Aquí estriba el conflicto de mi voto. Como Barack Obama es político de Chicago, entendí por qué se dejaba guiar en temas puertorriqueños por el congresista Luis Gutiérrez (D. Chicago). La carta que Obama le escribió en enero al gobernador Aníbal Acevedo Vilá (hoy encausado por 24 delitos federales) le costó la elección primaria presidencial en Puerto Rico el 1 de junio, en donde Hillary Clinton sacó el 70% de los votos. Pero ahora no hay excusa, ya la campaña Obama sabe quién es Gutiérrez y quién es Aníbal Acevedo Vilá. Ahora el voto puertorriqueño tiene importancia sólo en Florida. En Nueva York, Illinois y los otros estados en donde residen los puertorriqueños, otra vez votarán demócrata y los votos puertorriqueños no serán decisivos. En Florida sí. En Florida hay casi 300,000 votantes puertorriqueños, más de la mitad están en el corredor de la I-4 y el resto en el sur del estado. En el 2000, y más en el 2004, Karl Rove y los republicanos trabajaron arduamente estos votos. En inglés se llama esta táctica política micro targeting. Especialmente buscaron los republicanos los más de 100,000 votantes puertorriqueños evangélicos. Increíblemente George W. Bush logró el 62% de los votantes evangélicos puertorriqueños de Florida en el 2004. Bush ganó Florida en el 2000 y en el 2004 por 381,000 votos. Por eso McCain se presentó la semana pasada en la Asociación Borinqueña de Orlando. Mi buen amigo Carlos Chardón, ex secretario de Educación de Puerto Rico, ex ayudante político de mi tío Luis A. Ferré y hoy director ejecutivo del Partido Republicano de Puerto Rico, dice que más hará McCain por la estadidad de Puerto Rico que Obama. Yo rechazaba esta propuesta de Chardón. Ya no. Hace varios días el congresista Luis Gutiérrez respondió a las declaraciones del senador McCain en Orlando. Nos dice el congresista boricua de Chicago que lo que les interesa a los puertorriqueños son los programas de ayuda federal. En cuanto al status político de Puerto Rico, dice Gutiérrez que Obama va a oír a todos, incluyendo al gobierno de la isla, la comunidad civil y a los congresistas, para decidir el status político de Puerto Rico, respetando siempre la libre determinación. Esto sigue la carta escrita por Obama a Aníbal Acevedo Vilá a finales de enero pasado, redactada por Gutiérrez, y lo que dice la plataforma del 2008 del Partido Demócrata, también aprobada por Gutiérrez e impuesta por la campaña Obama en la Plataforma Demócrata del 2008. La semana antepasada la campaña latina de Obama anunció el comité asesor latino. Entre los asesores, por supuesto, están los ex secretarios de Clinton Henry Cisneros, Bill Richardson y Federico Peña. El único cubano nombrado fue el ex embajador Luis Lauredo y cuatro puertorriqueños. De los cuatro boricuas, por supuesto está el congresista Luis Gutiérrez. Los otros tres puertorriqueños, igual que Gutiérrez, son acérrimos opositores de la estadidad para Puerto Rico. Distinto a Nueva York y Chicago, la mayoría de los puertorriqueños aquí en Florida, igual que sus hermanos en la isla, favorecen la estadidad federada para Puerto Rico. La campaña de Obama está muy bien documentada. Ellos saben las preferencias de todos por las encuestas y los focus groups. ¿Por qué insisten los de Obama en esta torpeza antiestadista? ¿Y así será la recepción de los estadistas en la Casa Blanca de Obama? Las únicas conclusiones son ideológicas y políticas. Igual que en las primarias puertorriqueñas, los dirigentes de Obama no creen que necesiten los votos puertorriqueños estadistas de Florida. Le va a pasar en Florida a Obama con el voto puertorriqueño igual a lo que le pasó en la isla. Como dijo Albert Einstein ''la definición de la locura es repetir el mismo error y esperar resultados diferentes''. Los votos estadistas puertorriqueños son esenciales para una victoria de Obama en Florida. Y Florida en el 2008, igual que en el 2000, podría decidir la elección presidencial. De mi parte, por más que quiera la estadidad para mi querido Puerto Rico, no me queda otra opción que votar en contra de los republicanos. ¿De qué valdrá la estadidad de Puerto Rico en la Unión si EEUU está económica y moralmente a pique? Este país no aguantará cuatro años más de la continua mala administración republicana y lo que es peor, del abandono a los verdaderos valores históricos del viejo Partido Republicano y, diría, hasta de los valores de los fundadores de la república. No, Puerto Rico tendrá que esperar por su estadidad. Este 4 de noviembre yo voy a votar en contra del continuismo republicano y a favor del cambio necesario para EEUU que traerán los demócratas en la Casa Blanca.
sábado, 27 de septiembre de 2008
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