El Nuevo Dia Jose A. Delgado El grupo interagencial de la Casa Blanca le dará “una mirada fresca (fresh look)” a los asuntos más complejos del status político de Puerto Rico, lo que pone en perspectiva la tensión con la cual el Partido Nuevo Progresista (PNP) recibió la sesión de ayer en San Juan. La decisión no sólo le permite al gobierno de Barack Obama comprar tiempo para desarrollar, por lo menos de aquí a octubre, una política pública sobre los temas de la Isla, sino que coloca bajo revisión los hallazgos del informe de 2005 de la Casa Blanca de George W. Bush. “Vamos a darle una mirada fresca a todos los asuntos”, respondió el secretario adjunto de Justicia de Estados Unidos, Tom Perrelli, el copresidente del grupo interagencial de la Casa Blanca sobre el status de Puerto Rico. Perrelli hizo ese comentario al ser preguntado directamente si reexaminan las posturas del pasado de Justicia federal sobre la Isla y si bajo el sistema federal puede haber otra opción de status que no sea la estadidad o un territorio sujeto a los poderes plenarios del Congreso federal. La sesión de ayer es la primera gran ventana pública que abre el grupo interagencial sobre status para demostrar que se vincula también a asuntos de desarrollo económico, salud, ambiente y educación, entre otros. “Buscamos un tratamiento más balanceado para los puertorriqueños en los programas federales. Estamos también muy comprometidos con el tema económico”, indicó Cecilia Muñoz, la copresidenta del ‘task force’ y responsable de los asuntos de Puerto Rico en la Casa Blanca como directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales. El martes, el gobernador Luis Fortuño condicionó su apoyo a los trabajos del comité interagencial, preocupado de que el gobierno de Obama eche hacia atrás los avances conseguidos por los estadistas dentro del Ejecutivo federal en materia de status. Fortuño reiteró entonces, además, la molestia que tiene el Gobierno boricua con el trato que le otorga la Casa Blanca a Puerto Rico en su nuevo plan de reforma de salud, un asunto que trajo a la audiencia el doctor Joxel García, presidente y decano de la Escuela de Medicina de Ponce, pero sobre el cual el ‘task force’ mantuvo silencio. Con respecto al status, Perrelli preguntó específicamente si es posible que Puerto Rico se pueda poner de acuerdo sobre un mecanismo procesal. “Nos concentramos en crear un proceso que permita al pueblo puertorriqueño conseguirle una solución final al debate del status”, dijo Perrelli, en una conferencia de prensa. A su vez, hizo énfasis en la posición del presidente Obama de declararse totalmente neutral en torno “al resultado final”. Sectores del PNP le pidieron consecuentemente a los miembros del grupo interagencial -sin tampoco recibir respuestas- que si quieren adelantar un proceso de status deberían apoyar el proyecto 2499 del comisionado residente Pedro Pierluisi, que está pendiente de ir al pleno de la Cámara baja federal. Una de los asuntos que causa jaquecas en el PNP es la posibilidad de que Obama se desvincule totalmente de las conclusiones de los informes de Bush, que descartaron al Estado Libre Asociado como opción de futuro. Como precandidato presidencial, Obama rechazó dos conclusiones fundamentales del informe de 2005 del ‘task force’ de Bush: que el Congreso puede arrebatarle la ciudadanía estadounidense a los ya nacidos en la Isla y regalarle el país a otra nación. En 2008, Obama también se comprometió a crear un grupo de trabajo que estudiara cómo generar empleos, una iniciativa que ahora ha cobrado forma a través de la intención del comité interagencial de examinar la situación económica. Muñoz abrió y cerró los trabajos de una sesión que se extendió por cuatro horas y que tuvo lugar en el Centro de Convenciones de San Juan. En la jornada de la mañana -tipo mesa redonda- el salón de la audiencia estuvo medio vacío. Para la discusión de la tarde, en la que los panelistas se seleccionaron del público, apenas hubo unas 150 personas. Dieciséis de los 18 miembros del ‘task force’ estuvieron presentes. Y los pocos que hablaron dejaron claro que apenas comienzan a formar opiniones. “Pienso que es un buen primer paso”, dijo el puertorriqueño de más alto rango en la Casa Blanca, Adolfo Carrión. Junto a Carrión, director de la Oficina de Asuntos Urbanos, estuvo en la audiencia el también boricua Jaime Albino, de la Oficina de Política Nacional sobre el Sida. La presencia de ambos funcionarios de origen boricua fue para algunos una respuesta a la queja de que el comité interagencial no cuenta con ningún representante oficial de Puerto Rico. “Vine como observador”, sostuvo Carrión, quien rechazó que tuviera el poder de seleccionar a los nueve panelistas de la sesión de la mañana, en la que representantes de los partidos tuvieron que compartir espacio con economistas, un experto en salud (García) y una líder ambientalista (Camilla Feibelman). Dos de los participantes de la mesa redonda -Manuel Rodríguez Orellana, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y Jimmy López Torres, de Puertorriqueños por Puerto Rico- hablaron exclusivamente en español. La sesión -que contó con servicios de traducción simultánea- tuvo como moderador al boricua Reinaldo Rivera, quien trabaja con el Departamento de Justicia federal en Nueva York. Perrelli indicó que la comisión se prepara para celebrar otra audiencia pública en Estados Unidos y presentar en octubre su primer informe. “Hay una comunidad en Estados Unidos que se preocupa profundamente por este tema”, dijo Muñoz, antes de regresar anoche a Washington.
jueves, 4 de marzo de 2010
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