Endi.com Jose A. Hernandez Mayoral Recientemente se han hecho públicos los resultados de cuatro encuestas realizadas desde el 2006 que indican que por primera vez la estadidad supera al Estado Libre Asociado. La última, publicada hace pocas semanas, pone a la estadidad en un 51%, al ELA en un 33%, al ELA Soberano en un 6% y la independencia en 4%. Esos resultados demuestran que ha ocurrido un cambio cualitativo significativo en los votantes. Por años el nivel de apoyo a la estadidad se había mantenido estable entre el 46 y 47%, aun durante los años más populares de Rosselló, como lo demuestra el 46.3% del plebiscito del 1993 y el 46.5% del 1998. Un repaso de las cuatro encuestas en secuencia demuestra con claridad qué causó ese cambio. A diciembre de 2006, fecha de la primera encuesta, el 47% se expresó a favor de la estadidad, 43% por el ELA, 3% por el ELA Soberano, 3% por la independencia y 4% no expresaron preferencia. El agregado de apoyo para el ELA y el ELA Soberano era de un 46%. Considerando el margen de error, podría decirse que a esa fecha la estadidad se mantenía en sus niveles históricos recientes, pero el ELA daba ligeras señales de deterioro. Para noviembre de 2007, fecha de la segunda encuesta, el apoyo al ELA Soberano se duplicó a 6%, pero el ELA bajó a 36%, por lo que el agregado de apoyo al ELA y ELA Soberano bajó a un 42%. La independencia se quedó igual, la estadidad subió un 1% y los que no expresan preferencia subieron de 4% a 7%. Considerando que las preferencias de status se habían mantenido estables por décadas, una reducción de 7% en un año para el ELA, osea, un 4% en combinación con el ELA Soberano, debió levantar todas las banderas de alerta y hacer sonar todas las alarmas dentro del PPD. El auge en apoyo al ELA Soberano había iniciado un éxodo de estadolibristas en dirección de la estadidad. En vez de ponerle freno al asunto, el PPD hizo lo opuesto. Le dio una presencia creciente al soberanismo. El clímax fue la asamblea del coliseo donde se ratificó la candidatura de Aníbal Acevedo Vilá. En medio de aquel frenesí, Luis Vega presentó la resolución que él dice es un apoyo institucional al ELA Soberano. La tercera encuesta se hizo en julio de 2008, justo después de esa asamblea y con el ELA Soberano haciendo titulares. El ELA bajó a un 31% y el ELA Soberano subió a un 9%, la independencia bajó a un 2%. La estadidad subió a un estratosférico 53%. Había ahora una estampida de estadolibristas hacia la estadidad. Desde el 2006 y en la medida en que se le ha dado mayor espacio al soberanismo, el ELA se ha ido en picada. Si se combinan los números del ELA y el ELA Soberano su nivel de apoyo ha bajado de un 46%, a un 42%, a un 40% y ahora, en la última encuesta, a un 39% –que fue lo mismo que sacó la estadidad en el plebiscito del 1967 por si acaso algún estadolibrista aun no se siente incómodo. Estas encuestas son prueba objetiva de que el llamado soberanismo está destruyendo al ELA y al PPD. El que la inserción del ELA Soberano a la discusión haya revolcado los números de forma tan dramática demuestra cuán dañina es esa postura para el autonomismo. Los líderes del PPD tienen la obligación de enderezar cuanto antes el entuerto ideológico en el que el soberanismo los ha estado metiendo. Recuperar la confianza de los que se han ido toma tiempo y esfuerzo. Requiere como base una afirmación oficial del partido en rechazo categórico al concepto de la soberanía asociada. Rehuirle a esa importante obligación por mieditos de división es abrirle las puertas de par en par a la estadidad.
lunes, 3 de agosto de 2009
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