Por: Luis Dávila Colón El diablo viene en muchos disfraces y recurre a sus mil artimañas. Y si algo ha demostrado la historia es que los peores diablos son los demagogos. Mientras más vistosos, más rimbombantes, más prepotentes y más propagandistas, más almas se llevan en sus enredos. Como decía Paulo Coelho en El Demonio y la Señorita Prym, “si el mal vence, aunque sea en una aldea olvidada con tres calles, una plaza y una iglesia, puede contagiar al valle, a la comarca, al país, al continente, los mares, el mundo entero”. Créanme, estoy tratando de no enseñar hoy mi lado místico. Pero tratar y querer son dos cosas distintas. Particularmente, cuando en la ciencia social se agotan los argumentos de lógica, razón y justicia, y lo que empieza a predominar es la pasión, la histeria, el espectáculo, el entuerto espiritual, el teatro y la maldad, los que combatimos día a día la dictadura tenemos que aferrarnos a la fortaleza de la fe, a la entereza del carácter y el respeto por nosotros mismos. Así que vuelvo a denunciar Régimen y su cobertura. El lunes decía un empalagoso titular de la prensa imperial, “Aníbal convence hasta a los analistas”. Debió haber dicho, los “anoslistos”. Porque el tontejo que se deje persuadir por la verborrea y los cantos de sirena de un empedernido tirano criminal, debe tener el cerebro y la decencia en la parte más baja del mofle. El domingo, al mirar las 8 horas de propaganda que les regalaron las estaciones de televisión a la dictadura, me sentí como manipulado de una republiqueta latinoamericana de esas con caudillo, prensa oficial y milicos. La espera desesperaba a los patéticos periodistas que cubrían exitadamente la salida del “bunker” de La Fortaleza, del acorralado “líder” con camisa de pirulí, montado en una Nissan Armada negra, acompañado por su socio banquero, su escolta de “men in black” y de una incipiente barriga preclimatérica bendecida por el tronco de anillo de compromiso que le obsequió el Monseñor. En realidad de verdad, el país completo era víctima de otro fraude mediático más. Un megamontaje periodístico, producido por los mismos propagandistas y las mismas publicitarias de los esquemas millonarios del lavado de dinero, coordinado con las televisoras amigas, ensayado al pie de la letra con su elenco estelar, en un show choliseístico frente a 18,000 ovejas descarriadas que todavía se creían los cuentos de la inocencia, de la victimización, de la democracia, de los símbolos patrioteros, de las comparaciones con Muñoz Marín y de esa terrible conspiración de intereses mezquinos empeñados a arrebatarle a los pobrecitos populares, como dijo un vetusto Hernández Agosto, “el derecho a vivir en esta tierra”. Claro está, las acusaciones criminales e individuales contra el político más corrupto que ha dado la historia del país, en realidad no son contra él, sino contra el millón. Es más contra el país entero. “Contra todos nosotros.” La escena estaba prediseñada para que el lunes los titulares empalagosos pudieran alabarlo como una de las siete maravillas del mundo. “Dominio total”; “Gran habilidad política”; “Total dominio de escena”; “Se echó en el bolsillo los delegados”; “Apuesta, juega y gana”; y “Fogosa marea roja”. Uno de esos llamados telereporteros, llegó a referirse a sus añejos asesores (todos derrotados) como “el comité de los sabios”. Después de todo, el “unicandidato” se sometía a una votación amañada y de embuste, a soto voce, para requeteconfirmarlo frente a los timoratos contendores de la nada. Los titulares del domingo proyectaron al Caníbal como un gran demócrata: “Que el voto decida”; “Asamblea extraordinaria popular definirá su futuro político”; “El día de Aníbal”. Más adelante, en esa misma edición de periódico, nos hablaba la prensa imperial: “Mas largos los tentáculos federales en la Isla”, proyectando a los Estados Unidos como el terrible pulpo que tuvo que enfrentar el Capitán Nemo a diez mil leguas bajo el fondo del mar. Dos páginas después, trataban de convencer sobre “el enorme placer de los huertos caseros”, a un país muerto de hambre y sumido en la pobreza gracias a las políticas de adivina quién. Lo único que se le ocurría ofrecer a la prensa natZional en un momento en que el dictador rehusaba soltar su agarre y negaba el deseo de 30 alcaldes representantes directos de la voluntad popular de sus pueblos, fue invitarnos a sembrar –coño– ñames, yautías, tomates y batatas, con un poquito de recao por el medio. Calentada la masa con cuatro horas de larga verborrea periodística analizada por los “anoslistos” afines al Régimen, a las 12:35 PM entró al escenario el susodicho, al incesante clamor de “4 años más”. Justo después que Miguel Hernández Agosto le confesara a la multitud, que lo que está en juego en las elecciones es el monopolio que el PPD ha detentado sobre las injusticias y el Derecho torcido de la colonia a través del Tribunal Supremo. El Régimen admitía públicamente que esa parcela le pertenece. Flash. El Caníbal entró y como buen machote habló a capela. Luego buscó una banquetita que muy a propósito le pusieron al lado. Después, que dejaran entrar las cámaras para “flashearlo”. Como el Tío Nobel y Pacheco, (QEPD), el maestro de muñequitos se sentó frente al enardecido jardín de párvulos para explicar su Epifanía de nuevas lecciones. –Compañeros populares, heme aquí ante ustedes desnudo. Mi arresto hace un mes me abrió los ojos ante una nueva realidad. Tenemos que construir un Puerto Rico nuevo. Ustedes deciden. Ustedes determinan si las acusaciones en mi contra van a destruir la autoestima de Puerto Rico.– Luego sacó el librito de Muñoz Marín que le regaló la Melo y nos enseñó las cinco lecciones aprendidas. Cualquier morón las debe entender: 1. Los Federales son malos. Quieren destruir a Puerto Rico. 2) Soy inocente víctima de los federicos y este pueblo tiene un sentido único de lo que es justicia. Estoy tan libre de culpa como las víctimas de los asesinatos del Cerro Maravilla, de los bombardeos de Vieques y como Filiberto. 3) Aquí está conmigo todo el Partido Popular. La base está delante de sus propios líderes. 4) Por eso tenemos que repensarnos, buscar la soberanía y recortar los poderes del metiche Federal que con los pivazos, el control del precio de la leche y con mis acusaciones, quiere destruirnos. 5) Si votan por mí, estarán votando por una nueva Constitución y por la soberanía. No nos eñagotaremos. Le diremos no a la asimilación, no a los Federales y que aquí mandamos los puertorriqueños. Yo estoy listo para llevarlos a esa victoria. Patria o muerte venceremos. Y para que todo quede planchao, que me besen el trasero los alcaldes. Jorge Luis Borges decía que las tiranías fomentan la estupidez. Yep. Sin idiotas, no habrían dictadores, ni colonias, ni demagogos. De una cosa estoy seguro, si Muñoz Marín, Albizu y Filiberto vivieran, hubiesen vomitao con el bochornoso Choli-show del Régimen y su amaestrada prensa...
jueves, 1 de mayo de 2008
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