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domingo, 9 de noviembre de 2008

Una abultada agenda

Image and video hosting by TinyPic El Nuevo Dia José A. Delgado Al llegar a la Casa Blanca en enero, Barack Obama va a tener en sus manos el más amplio listado de compromisos que un presidente electo haya hecho con Puerto Rico. Con un Congreso demócrata que ha incrementado sus mayorías en ambas cámaras legislativas y en el que debe tener un aliado, la presión sobre el próximo inquilino de la Casa Blanca aumenta. Obama, entre otras cosas, se comprometió en Puerto Rico a crear un grupo de trabajo destinado a buscar alternativas para fomentar empleos, encaminar a la Isla hacia la paridad en los programas federales de salud - sobre todo en Medicaid-, y promover durante el próximo cuatrienio un proceso de consenso en torno al status político. También hizo un compromiso inequívoco con la limpieza de los antiguos terrenos militares en la isla de Vieques. "El tema de status va estar vivo con la petición que debe hacer Luis Fortuño (como gobernador electo) a favor de un plebiscito federal. Pero, esa propuesta no tiene consenso en la delegación puertorriqueña en el Congreso", advirtió Javier Colón, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Colón piensa que la propia disposición del Partido Nuevo Progresista (PNP) a optar por un plebiscito local si nuevamente el Congreso se niega a vincularse con un proceso de status, le facilita a Washington dejar el tema en manos del Gobierno de Puerto Rico. Para Luis Bacó, ex jefe de la oficina de Fortuño en el Congreso y ahora representante en Washington del bufete McConnell Valdés, el comisionado residente electo, Pedro Pierluisi, llega a la capital federal con un mandato y debe ser el enlace oficial entre Fortuño y el gobierno de Obama. "Pierluisi, quien fue copresidente de la campaña de Obama en Puerto Rico, va a tener un papel fundamental", sostuvo Bacó, quien considera que el proceso de nombramientos federales - donde el Partido Popular Democrático (PPD) buscará tener participación-, puede generar nuevas polémicas entre los bandos locales. El saliente presidente del Senado de Puerto Rico, Kenneth McClintock, quien es delegado ante el Partido Demócrata, quisiera que Obama comience por implantar iniciativas que acerquen a la Isla a la paridad con los estados en programas federales de salud. Y confía en que no tarde en atender el debate sobre el status. Para el analista político Angelo Falcón, presidente del Instituto de Política Pública Latina en Nueva York, Fortuño puede tener contratiempos en echar hacia delante sus iniciativas de status, por identificarse en Washington con los republicanos y haber sido aliado de John McCain. Fortuño, durante la campaña presidencial, cuestionó además las credenciales de Obama - quien fue respaldado por su comisionado residente electo, Pedro Pierluisi-, para asumir la jefatura del gobierno de Estados Unidos. Para Falcón, las voces más importantes en los temas de Puerto Rico en el Congreso seguirán siendo los tres congresistas boricuas: José Serrano (Nueva York), Luis Gutiérrez (Chicago) y Nydia Velázquez (Nueva York). Gutiérrez es particularmente cercano a Obama y quien coordinó la carta en la que el ahora presidente electo hizo sus principales compromisos con Puerto Rico, incluido el rechazo a algunas conclusiones de los informes de status de la Csa Blanca de George W. Bush. "Cómo Fortuño se enfrenta a esa realidad va a ser interesante, pues sólo Serrano tiene una relación cordial con el PNP", indicó Falcón. Serrano ha indicado que echará otra vez hacia delante su legislación a favor de una consulta en la que los puertorriqueños puedan determinar si quieren continuar o no con el actual status de la Isla. A su juicio, esa consulta - a la que se oponen el Partido Popular Democrático (PPD, y sus colegas Gutiérrez y Velázquez-, no choca con los planes de Obama de promover un proceso de status que tenga consenso entre las fuerzas políticas de Puerto Rico. "Mi proyecto no es ni a favor de la estadidad ni de la independencia. Una vez Puerto Rico decida si quiere cambiar o no su status, entonces la política pública de Obama se pone en marcha", indicó Serrano. Gutiérrez, sin embargo, ha indicado que confía en que se abran las puertas del diálogo entre los miembros boricuas del Congreso y el gobernador electo Luis Fortuño. "Mi esperanza es que Fortuño, con el que he tenido una buena relación, quiera buscar consenso", dijo el congresista boricua, quien está en el grupo de posibles candidatos para llenar la vacante que deja Obama en el Senado federal.

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