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jueves, 31 de julio de 2008

ELA: muerte o soberanía

Image and video hosting by TinyPic El Vocero Por: Juan Manuel García Passalaqcua "Si nos quitamos, se va a morir el ELA", dijo el 21 de julio de 2008 el ex-gobernador Rafael Hernández Colón. ¿Si nos quitamos quiénes, Rafael? Lo dijiste para respaldar lo dicho por el abogado de Harvard, Oxford y Washington, Rafael Cox Alomar que había dicho a su vez que "o se atempera a los nuevos tiempos y evoluciona a la luz de mayores poderes o dejará de ser y eventualmente desaparecerá". Esa muerte oteó ante la tumba de Luis Muñoz Rivera y Luis Muñoz Marín en Barranquitas en la conmemoración del Partido Popular. Con El Gran Combo, me toca a mí decirle a los populares — "ese muerto no lo cargo yo, que lo cargue el que lo mató". El nuevo grito popular de SOBERANIA O MUERTE es desesperado —y ya muy tardío. El gobernador Aníbal Acevedo Vilá pronunció un discurso el 25 de julio de 2008 que se centró en la soberanía. Primero, elogió cuatro veces la soberanía cultural y deportiva. Segundo, definió otra soberanía como "el poder último en manos del pueblo" en una nueva fórmula de Soberanía en Asociación. Y propuso un Nuevo Movimiento Patriótico hacia un ELA "robustecido" en Asociación Soberana con el vínculo de la ciudadanía estadounidense. Desapareció de su discurso la Unión Permanente. Pero la soberanía es otra cosa que la que definió el 25 de julio Aníbal. El pasado 20 de junio se cumplieron 49 años de haberle sometido yo a Luis Muñoz Marín en 1959 a solicitud suya, otra propuesta de soberanía. Leía: "El gobierno del Estado Libre Asociado será de forma republicana y constitucional y sus ramas legislativa, judicial y ejecutiva estarán igualmente subordinadas a la soberanía (así subrayada entonces) del pueblo de Puerto Rico. Todos los poderes serán ejercidos o reservados por los organismos del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, excepto aquellos que sean esenciales a una asociación con los Estados Unidos, enumerados y delegados en un pacto que se adoptará como un tratado entre los dos pueblos". Muñoz lo leyó, y conservo con enorme cariño la nota de su puño y letra que me pedía "explicar el día 23 de junio por la mañana" a Abe Fortas, Roberto Sánchez, Luis Negrón, Teodoro Moscoso y José Trías. Se la expliqué en detalle a todos ellos seis, pero el washingtoniano Abe Fortas, la vetó. Ese muerto no lo cargo yo, que lo cargue el que lo mató. Insistí cinco años después. El pasado 25 de julio se cumplieron 44 años de haberle sometido yo a Luis Muñoz Marín en 1964 (junto a otros 21 jóvenes compañeros) esta vez sin solicitud suya, otra propuesta reiterativa. Leía: "Defenderemos ante el Congreso, todas las medidas de gobierno propio que capaciten al Estado Libre Asociado para satisfacer los requisitos mínimos de la Resolución 1541 (XV) de las Naciones Unidas en su parte referente al ideal de Asociación. Nuestro compromiso de perfeccionar el Estado Libre Asociado está basado en nuestra determinación programática de someterle al pueblo de Puerto Rico lo antes posible esta alternativa". La Fundación Luis Muñoz Marín conserva mi propuesta programática con una sola nota de puño y letra de Muñoz al lado de la referencia a la 1541 (XV) que lee "ver". Se la entregué a Muñoz y la discutí extensamente con él, y estuvimos de acuerdo. Por tercera vez, tengo que decir en EL VOCERO en el 2008, que ese muerto no lo cargo yo, que lo cargue el que lo mató. La ahora presagiada muerte del ELA sería la muerte de la colonia —la descolonización. Vale la pena examinar aquí (por esa novísima razón de nueva autoconciencia popular), la invención de la descolonización. Para ayudarlos a entenderla, usaré el texto del teórico de Cornell University, Todd Shepard sobre ese término. Si se muere el ELA nos descolonizaremos. Relata Todd Shepard que la descolonización se inventó el 1ro. de mayo de 1958. Esos fueron precisamente los tiempos de mis reuniones con Luis Muñoz Marín, en ese contexto histórico. Yo acababa de llegar del Fletcher School of Law and Diplomacy donde nos amanecíamos pegados al radio de onda corta oyendo los procesos que se sucedían entre Argelia y Francia. Con ellos vine. El ELA es colonial. Si muere, comenzará nuestra descolonización política soberana. La historia que relata el profesor de Historia de la Universidad de Temple, es útil para que ustedes entiendan lo que nos está pasando. La idea de la descolonización se inventó en 1958 como una categoría histórica. La gatilló lo que se conoce como la Guerra de Argelia contra Francia. Esa guerra envolvió los dos conceptos claves para nosotros hoy: el territorio y la etnia. Ya les he dicho que el traductor –precisamente francés– en las negociaciones del Tratado de París las confundió al escoger usar la palabra maldita que escogimos hacer nuestra —el status. En Francia, en los mismos días en que yo me reunía por quince días para discutir con Luis Muñoz Marín esa misma cuestión, se inició lo que se llamó entonces "la marea de la historia" en que pueblos étnicamente distintos a sus metrópolis coloniales, comenzaron a rebelarse. La cuestión clave se centró en una sola palabra, la diferencia entre los dos pueblos. Diferencia. El 28 de setiembre de 1958 Argelia votó por una supermayoría a favor de seguir siendo parte de Francia. El 1ro. de julio de 1962 Argelia votó por una supermayoría a favor de su soberanía, distinta a la de Francia. Todo cambió en sólo cuatro (4) años. Algo así pasará aquí. La cuestión clave entonces y ahora fue y es si un pueblo étnicamente distinto quiere o puede ser parte de otro pueblo de otra etnia. Lo que prueba el texto de Shepard es que en estos casos, los sentimientos son hechos históricos (ya lo ha dicho en el récord congresional sobre nosotros el más brillante de los ex-agentes de inteligencia estadounidense). Si el 4 de noviembre, en vez de votar por la soberanía de Aníbal el pueblo vota por una petición de admisión como estado de Estados Unidos, la acción será descolonizadora. ¿Por qué? Como a los franceses, me encantará la discusión de una parecida pregunta clave: ¿Qué es ser Americano? La respuesta de ellos será que los puertorriqueños no lo somos. Por esa razón, respaldo desde ahora la discusión del 2009: soberanía sí, pero después de la muerte del ELA.

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