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viernes, 30 de mayo de 2008

Trabajaré para que se resuelva el status

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Atenderemos el status

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jueves, 29 de mayo de 2008

Respeto a Puerto Rico

Image and video hosting by TinyPic DANIEL MORCATE Este domingo los puertorriqueños harán historia cuando voten en la contienda por la nominación presidencial demócrata más reñida en reciente memoria. El poderoso simbolismo de esa ocasión no quitará, desde luego, el sabor amargo que en la isla ha dejado más de un siglo de relación colonial con Estados Unidos. Pero la pelea electoral entre los senadores Hillary Rodham Clinton y Barack Obama ha servido al menos para arrojar luz en sectores influyentes de la metrópoli sobre el status indefinido de Puerto Rico. Y con un poco de suerte podría servir también para que futuros líderes norteamericanos entiendan mejor y se esfuercen más por resolver los retos políticos, sociales y económicos que enfrenta la isla. Los puertorriqueños deben decidir por sí solos el futuro de sus relaciones con Washington. Y Estados Unidos debe respetar lo que libre y democráticamente decidan los residentes de la isla. Pero, mientras tanto, los políticos norteamericanos no deberían escudarse detrás de lo que muchos consideran las vacilaciones de los puertorriqueños sobre el status para ignorar o subestimar los males crónicos de Puerto Rico: pobreza, desempleo y subempleo, éxodo constante hacia Estados Unidos, con su correspondiente fuga de talento y altos niveles de criminalidad, entre otros. Por eso es encomiable que líderes del Partido Demócrata en Washington y San Juan hayan propiciado una primaria de voto popular en la isla, en la que los precandidatos Obama y Clinton se disputarán 55 delegados a la convención presidencial. Y también es encomiable que los dos aspirantes hayan hecho intensa campaña en Puerto Rico, invirtiendo fondos, cortejando a partidarios influyentes, recorriendo sitios populares y demostrando solvencia en el manejo de los temas puertorriqueños. Los escépticos dirán que lo han hecho por simple conveniencia política. Pero una clave de la democracia estriba precisamente en hacer coincidir los intereses de los gobernantes con el de los gobernados, los de los aspirantes con los de aquellos a los que aspiran a gobernar. Y hasta nuevo aviso Washington continúa gobernando en Puerto Rico, aunque la isla goce de autonomía en muchos aspectos de política interna. Tanto Clinton como Obama les hicieron más promesas a los puertorriqueños de las que seguramente podrían cumplirles en caso de llegar a la Casa Blanca. Pero con su cuidadoso repaso de la problemática puertorriqueña y su atinada actuación en la isla también les demostraron respeto. ''El principio más importante'', declaró Obama al diario El Nuevo Día, ''es que Puerto Rico debe ser respetado y tratado como cualquier otro estado cuando de poderes se trata''. Y Clinton no se quedó atrás cuando subrayó: ''Creo que ustedes deberían tener voto para escoger al presidente''. Lo mismo creo yo. Y también que una sólida democracia como la norteamericana puede darse el lujo de otorgarles el voto presidencial directo a los residentes de sus territorios autonómicos. Mas incluso si prevalece el status quo, como es probable, el futuro inquilino de la Casa Blanca puede tomar medidas relativamente sencillas para contribuir al bienestar de Puerto Rico. Por ejemplo, puede ordenar la limpieza de las islas de Vieques y Culebra que durante décadas contaminó la armada norteamericana; facilitar la construcción o renovación de instalaciones médicas para veteranos de guerra, que en Puerto Rico son más numerosos que en varios estados de la Unión; y estimular la creación de empleos mediante incentivos a empresas estadounidenses para que se radiquen en la isla y, en el caso de las que ya están allí, para que no la abandonen. Estas serían maneras mucho más concretas y prácticas en que el futuro presidente norteamericano podría demostrar su respeto por la dignidad puertorriqueña.

Crean frente descolonizador con Ricky Rosselló

Image and video hosting by TinyPic AP Una nueva organización que no descarta la desobediencia civil para lograr que Estados Unidos resuelva el problema del status de Puerto Rico hizo su debut hoy, martes. El Frente Unido Descolonizador cuenta entre sus miembros con Ricky Rosselló, hijo del ex gobernador Pedro Rosselló, y Eduardo Morales Coll, presidente del Ateneo Puertorriqueño. Como primer paso, el grupo emplazará a los dos precandidatos presidenciales demócratas —Hillary Clinton y Barack Obama— y al republicano —John McCain— para que expresen claramente cuál método favorecen para resolver el centenario problema del status de la Isla. "Vamos a estar haciendo esta semana esos emplazamientos y vamos a esperar la respuesta firme y contundente de cuáles son sus posturas", expresó Rosselló en rueda de prensa. Morales Coll, en tanto, expresó que no buscan más promesas, sino acciones concretas de los aspirantes a la presidencia estadounidense. "Aquí no caben ya promesas políticas, aquí lo que hay que hacer es resolver el problema de Puerto Rico y para resolverlo, tienen que comprometerse con que van a facilitar los mecanismos", manifestó. Expresó que si Clinton, Obama y McCain se niegan a comprometerse a resolver el status en el término fijo de dos años, "lo que están haciendo es tomándonos el pelo otra vez". Morales Coll destacó que si como parte del proceso decisional los puertorriqueños optan por un pacto con Estados Unidos, no puede estar sujeto a la cláusula territorial. Explicó que el grupo también buscará inmiscuir a todos los países del mundo en el proceso descolonizador de la Isla. "Hemos enviado un documento, está en el idioma inglés, español y francés, y ahora estamos traduciéndolo al alemán, japonés y árabe, para regarlo por todas las naciones del mundo porque el problema colonial de Puerto Rico es un problema internacional", añadió.

miércoles, 28 de mayo de 2008

ENCUESTA de El Nuevo Dia sobre el Status y Ciudadania

Image and video hosting by TinyPic Image and video hosting by TinyPic STATUS En la presente encuesta de El Nuevo Día, una mayoría relativa compuesta por el 46% de los electores dice que la Isla debe “votar pronto” en un plebiscito oficial sobre status, mientras que el 37% opina que la votación sobre el status se debe dejar a un lado “por un tiempo”. Sólo el 11% considera que “no debe haber más plebiscitos”. Luego de un período de varios años en los que mayorías relativas de puertorriqueños opinaron que se había invertido demasiado tiempo, dinero y energía en redactar y votar por los plebiscitos sobre el status, y que se debía dedicar más atención a otros asuntos, este sentimiento ha comenzado a cambiar nuevamente. Si bien es natural que la ideología partidista juegue un papel fundamental en la inclinación hacia los plebiscitos (los penepés los apoyan y los populares son más ambivalentes), un importante grupo de “electores cambiantes” ha llegado a la conclusión de que tal vez Puerto Rico está listo para volver a votar. Un 34% de los electores no afiliados opina que se debe “dejar en paz” el asunto de los plebiscitos, pero el 43% de los que no tienen afiliación política piensa que la Isla debe “votar pronto”. Aunque el apoyo a un nuevo plebiscito se puede describir como “leve, pero cada vez más positivo”, algo en lo que la mayoría de los electores de todas las ideologías están completamente de acuerdo es en que la claridad del status es una precondición necesaria para mejorar la calidad de vida en la Isla. Por un margen mayor de 2 a 1 (65% a 29%), los electores señalaron que Puerto Rico sólo podrá abrirse camino para mejorar sus circunstancias actuales cuando se resuelva finalmente el status. El 68% de los penepés comparte esta opinión, además del 57% de los populares, el 88% de los que apoyan la independencia y hasta el 70% de los que no tienen afiliación política. Mientras la mayoría de los electores puertorriqueños (65%) cree, o al menos espera, que el asunto del status político se resuelva mientras vivan, la presente encuesta presenta una trayectoria poco conocida, y tal vez menos fragmentada, hacia esa solución. Si los electores enfrentaran hoy una papeleta de tres opciones en la que tuviesen que elegir entre la estadidad, una definición no específica para continuar el Estado Libre Asociado, o la independencia, el sentir actual le otorgaría un 57% de victoria a la estadidad. Esta es la primera vez en la historia de la encuesta de El Nuevo Día que la estadidad o el Estado Libre Asociado han obtenido más del 50% entre el electorado. Esto se debe a que aunque los electores del PIP apoyan absolutamente la independencia y un 90% de los penepés votaría a favor de la estadidad, el Estado Libre Asociado cuenta con el apoyo del 79% de los electores del PPD, cuyo partido está desorganizado, y los electores no afiliados se inclinan levemente a favor de la estadidad (39% a 35%). A todas luces, la historia reciente indica que la definición de Estado Libre Asociado, independientemente de si se describe como “mejorada”, “soberanía”, “unión permanente” u otra cosa, ha sido parte del problema. Si el Congreso de los Estados Unidos determina que no reconocería esta opción de status y que cualquier plebiscito autorizado por el gobierno federal sería para escoger entre solicitar la estadidad o declarar la independencia para Puerto Rico, el resultado que revela la encuesta es bastante claro. Por un margen de 77% a 12%, los electores escogerían la estadidad. Esto incluye a más del 90% de los simpatizantes del PNP, pero también al 62% de los electores del PPD y a un sólido margen del 74% de los electores que no se identifican con ningún partido. ---------------------------------------------------------------------------- Image and video hosting by TinyPic Image and video hosting by TinyPic CIUDADANIA Aunque hay suficientes motivos para que surja confusión cuando se lanzan acusaciones de “autonomista” durante una temporada de campaña política, prácticamente no hay duda de que, con excepción de los seguidores más ideológicos de la independencia de Puerto Rico, la posesión de un pasaporte estadounidense y de la ciudadanía estadounidense es un factor importante para una mayoría abrumadora del pueblo puertorriqueño. La mayoría de los participantes de la presente encuesta (58%) dice que la ciudadanía estadounidense es “muy importante” para ellos y otro 31% señala que es “algo importante". De hecho, el 96% de los electores del PNP, el 88% de los simpatizantes del PPD, y una mayoría similar compuesta por el 90% de los electores no afiliados a ningún partido están de acuerdo en que la ciudadanía estadounidense es importante para ellos. Al formularles la pregunta de forma abstracta, sólo los miembros del PIP consideran que la ciudadanía estadounidense no es importante. No obstante, al formular una pregunta de “opción forzada” en torno a cuál sería su decisión si tuviesen que elegir entre la ciudadanía puertorriqueña y la ciudadanía estadounidense, la mezcla de emociones crea un panorama un poco más complicado y dramáticamente distinto del que se presentó en las encuestas anteriores. De acuerdo con la presente encuesta, en general, el 67% de los electores respondió que elegiría la ciudadanía estadounidense. Sólo el 21% dijo que elegiría la ciudadanía puertorriqueña. Los simpatizantes del PNP no dudarían en escoger la ciudadanía norteamericana, ya que el 81% prefiere esta opción, mientras que porcentajes más pequeños (pero que aún son mayoría) de electores del PPD y electores no afiliados opinan lo mismo. Parece haber surgido un cambio considerable en la cantidad de puertorriqueños que preferiría la ciudadanía estadounidense en lugar de la ciudadanía puertorriqueña. La cifra de 67% registrada en la presente encuesta supera por mucho el sentir de las encuestas anteriores de El Nuevo Día en el 2002 y 1996, mientras que el porcentaje de electores que opta por la ciudadanía puertorriqueña se ha reducido marcadamente.

martes, 27 de mayo de 2008

Nada de status, solo beerrraaaa friiiiiia!!!!!!

25/mayo/08 Santurce PR

domingo, 25 de mayo de 2008

La "nación" popular

Image and video hosting by TinyPic Luis Dávila Colón Por primera vez en 60 años el Partido Popular le hablará bastante claro al pueblo. Como parte de su estrategia de defensa, Aníbal Acevedo Vilá ha complacido al nacionalismo soberanista —que ya constituye mayoría en el PPD— redactando una promesa de campaña de llevar a Puerto Rico hacia la soberanía nacional. Según la definición que acaba de sacar el Comité de Status de la Pava, ese partido pide un mandato electoral para cambiar la relación territorial existente con los Estados Unidos, por una nueva condición política en que: "El poder último de la nación puertorriqueña sobre sus asuntos resida en su gente, el Pueblo". En el ejercicio de esa soberanía a ser discutida en una nueva Asamblea Constitucional, Puerto Rico podrá asociarse como nación soberana, o separarse totalmente. En resumidas cuentas, el PPD ha adoptado el modelo de la república asociada o de la república soberana, dependiendo de lo que determine la Asamblea Constituyente, en la que se reservará todos los poderes para su gobernanza, sus facultades para entrar en obligaciones internacionales y la ciudadanía puertorriqueña, con la americana de bono, como la base de poder de la nueva Nación. Aunque todavía utilizan la jeringonza de que esto se trata del "desarrollo del ELA" y de que se negociará la ciudadanía americana, el PPD está hablando mucho más claro y mucho más tajante de lo que jamás lo había hecho. Por primera vez le está planteando al país que se atreva a ser libre y soberano. Claro está, sin explicarle el costo ni las consecuencias, únicamente las chulerías. Esta nueva definición de una república popular soberana no debe sorprender a nadie. El separatismo y el nacionalismo son la consecuencia inevitable de las políticas, la retórica y los principios guías expresados por esa colectividad durante los últimos 30 años. En los últimos cuatro años los distintos líderes de la Pava han armado un asombroso consenso de lo que desean y lo que le ofrecen al electorado en los comicios del 2008: 1) Una nación soberana y distinta de los Estados Unidos en la que, como le dijo Acevedo Vilá a Claridad el año pasado, "aquí mandemos solamente los puertorriqueños"; "los americanos no deben ir por encima de la Constitución de Puerto Rico" y "la importancia de la ciudadanía americana es exagerada", acotó entonces. 2) Esa nueva nación popular habrá de organizarse con la convocatoria de una Asamblea Constituyente dominada por delegados del PPD y sus aliados separatistas y la cual habrá de escribir con un cheque en blanco los términos de la declaración popular de independencia. Ese nuevo Puerto Rico será uno que, según Charlie Hernández, "reafirmará nuestra identidad propia como nación que somos" y en el que no existirán las intervenciones indebidas de entes extranjeros en suelo puertorriqueño, tales como: el FBI, la Fiscalía Federal, la Corte Federal y las Fuerzas Armadas. Para el récord, ya a insistencias del PPD, en el Congreso hay piezas legislativas radicadas para convocar a esa segunda Asamblea Constituyente y el año pasado PRFAA cabildeó en la ONU la condena de los Estados Unidos y el objetivo de la soberanía. 3) El gobierno popular ya ha sentado las bases y la organización para establecer la ciudadanía nacional. El Certificado de Ciudadanía Boricua que al presente emite el Departamento de Estado otorga titularidad a todos los nacidos y no nacidos aquí como "ciudadanos de la nación puertorriqueña" y, además, siembra los cimientos para la emisión del nuevo pasaporte el día que esa nueva Asamblea lo autorice. 4) Aunque el Partido Popular no ha explicado todavía cómo habrá de sostener los servicios del gobierno y la economía "nacional" sin los $20 mil millones de los contribuyentes americanos (extranjeros) que subvencionan el ELA, el PPD ya se ha encargado de hacer su listado de cómo habrá de ser esa nueva república. En abril 28 del año pasado Willie Miranda Marín exigió la soberanía como la que tienen las islas del Caribe. La Asociación de Maestros, un apéndice de la Pava, apoyó la república asociada en vistas congresionales en marzo pasado. 5) La instauración de la nación popular soberana conllevaría la liberación de los "presos políticos", Macheteros y miembros del FALN en las prisiones de los Estados Unidos, como lo expresó Acevedo Vilá frente a Desmond Tutu en febrero de 2007. De hecho, ya el Partido Popular ha convertido a los Macheteros en algo así como héroes nacionales. Su monseñor es también su confesor. La Comisión de Derechos Civiles investiga al FBI por el operativo. En enero del año pasado, Willie Miranda auspició en el Municipio de Caguas una conferencia para discutir el pensamiento y la propuesta política de Filiberto Ojeda Ríos. La Oficina del Procurador del Veterano está engalanada con un cuadro de Albizu Campos y en la Procuraduría de la Mujer ya se eliminó la bandera americana. No hay nada malo con eso y es bueno que al pueblo le digan quiénes son sus "héroes" y los "enemigos" de la nueva patria soberana. ¿Qué más señales quieren? 6) Otro de los modelos que ha avanzado el PPD es el separatismo furibundo del País Vasco. En agosto, el Colegio de Abogados —presidido por una contratista del gobierno popular— trajo a la convención leguleya al presidente del País Vasco para que nos hablara de "identidad y negociación del plan de soberanía", rechazado por el gobierno español por ser inconstitucional, y de la necesidad de ir hacia una Asamblea Constitucional. De hecho, en la entrevista con el semanario Claridad, Acevedo Vilá hizo claro que la soberanía del ELA tenía que calcar los modelos nacionales de la Unión Europea. Eduardo Bhatia ya ha visitado el País Vasco para iniciar "conversatorios" mutuos. 7) Alejandro García Padilla, el otro infante sucesor, dijo que no cree en el voto presidencial —aunque ahora hace campaña por Obama— y que mientras menos intervención tengan los federales en la Isla, mucho mejor, porque "somos naciones distintas". 8) El PPD ha hecho clara su inconformidad, no solamente con el ELA que negoció Muñoz Marín, sino inclusive con la propia Constitución bicameral del ELA. Los nuevos populares soberanistas favorecen un gobierno unicameral y una constitución en la que estén eliminados todos los pilares del americano, tales como: el bilingüismo, los terrenos federales, aduanas, control de fronteras, las fuerzas armadas, leyes de cabotaje, comercio interestatal, controles monopolíticos, comunicaciones, cortapisas ambientales, etc. En fin, en estas elecciones habrá tres partidos separatistas y un solo partido estadista.

Hillary Clinton apoya voto Presidencial para Puerto Rico

Obama admite que P.R. es una colonia

sábado, 24 de mayo de 2008

Presionan en torno al status

Image and video hosting by TinyPic José A. Delgado El Nuevo Dia La mayoría demócrata de la Cámara baja federal va a llevar a votación, antes de que termine el año, el proyecto de ley 900 que busca regular una consulta en torno al futuro político de Puerto Rico, según el congresista boricua José Serrano Las expresiones de Serrano, demócrata por Nueva York, surgieron justo cuando el comisionado residente en Washington, Luis Fortuño, enviaba una carta a la presidenta de la Cámara baja federal, Nancy Pelosi, en reclamo de que se presente a votación el proyecto 900. "Estamos todavía tratando de hacerle algunos ajustes al proyecto, con la intención de que gane el apoyo de los que se han opuesto. Pero, llega un tiempo límite y habrá que bajarlo a votación", dijo Serrano, quien figura como el autor principal del proyecto 900, que tuvo que enfrentarse ya a varias enmiendas antes de ser aprobado en el Comité de Recursos Naturales de la Cámara baja federal. Los otros dos congresistas demócratas boricuas, Luis Gutiérrez y Nydia Velázquez, que defienden su propia legislación destinada a reconocer el poder de Puerto Rico para convocar a una Asamblea Constitucional de Status, se han opuesto a la legislación 900. "La bola está en su cancha", dijo recientemente Velázquez (Nueva York), señalando a Serrano, en un reciente encuentro con El Nuevo Día en el Capitolio federal. El proyecto 900 propone la convocatoria en 2009 a un referéndum "territorio sí o no". La medida reconoce el voto de los nacidos en Puerto Rico que viven en Estados Unidos. Y menciona que un plebiscito o una Asamblea Constitucional de Status pudieran darle continuidad a la votación inicial. "El proyecto 900 es resultado de una transacción redactada cuidadosamente con fuerte apoyo bipartidista", indicó Fortuño, afiliado a los republicanos, en la carta que le envió esta semana a la Pelosi. "Llegó la hora de actuar con firmeza", agregó Fortuño, quien ha indicado que el Partido Nuevo Progresista (PNP) ha recogido firmas en Puerto Rico y fuera de la Isla que serán enviadas a Pelosi, reclamándole que permita que la medida sea llevada a votación "lo más pronto posible". En estos momentos, la medida está en manos del portavoz de la mayoría demócrata, Steny Hoyer (Maryland), quien pudiera querer bajar la medida en algún momento de junio o julio, según percibió el candidato del PNP a comisionado residente, Pedro Pierluisi, quien se reunió hace unos días con el congresista estadounidense. "Me da la impresión de que alguna o algunas personas en el liderato demócrata preferirían no tener una disputa a cinco meses de las elecciones dentro de sus filas. Pero, hemos esperado 110 años. Voy a hacer todo lo posible para que no esperemos más", sostuvo Fortuño. Serrano se mostró confiado de que la medida sería aprobada en el hemiciclo de la Cámara baja y de que la senadora Hillary Clinton, con más fuerza política que antes de las primarias presidenciales, ayudaría a echar la medida hacia delante este año en el Senado federal. Clinton fue coautora en 2006 del proyecto de status "territorio sí o no" que impulsó el republicano Mel Martínez. Pero, en momentos en que aspira a la candidatura demócrata a la Casa Blanca – y consigue apoyo entre algunos sectores del Partido Popular Democrático (PPD), opuestos a esa medida-, se ha mantenido alejada de este debate. El Senado, sin embargo, tiene su propio proyecto de ley, de la autoría del demócrata Ken Salazar. Y esa legislación es muy diferente, pues sugiere un plebiscito de cuatro alternativas: el status actual, la libre asociación, la independencia y la estadidad. El jefe del Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado, el demócrata Jeff Bingaman (Nuevo México), ha mantenido que esperaría por la Cámara baja antes de poner en marcha sus propias audiencias. Pero, el calendario legislativo se le viene encima a los que quisieran ver alguna medida aprobada durante 2008. El gobernador Aníbal Acevedo Vilá, presidente del PPD, se ha expresado confiado de que ni el proyecto 900 ni la legislación de Salazar se convertirá en ley antes de que venza la sesión 110 del Congreso federal, que en términos prácticos puede expirar en octubre. La experiencia dicta que si la Cámara baja decide aprobar el proyecto 900, probablemente se quedará pendiente en el Senado. Y que, de todos modos, habrá que esperar por los resultados electorales de noviembre – en Washington y San Juan-, antes de volver a intentar otro comienzo. Nancy Pelosi FAX 1-202-225-4188 sf.nancy@mail.house.gov

Culeco por rechazo al proyecto de status

Image and video hosting by TinyPic José A. Delgado El Nuevo Dia Washington - El gobernador Aníbal Acevedo Vilá se expresó satisfecho de que la presidenta de la Cámara baja federal, Nancy Pelosi, haya reafirmado que el proyecto de status 900 adoptado en un comité legislativo no representa una medida de consenso. “Usted ha demostrado que entiende correctamente este asunto”, indicó Acevedo Vilá, en una carta que le envió tras conocer que Pelosi aún considera que las enmiendas hechas al proyecto 900 en octubre pasado no permiten aún alcanzar los acuerdos necesarios para llevarlo a votación final. El Gobernador acusó a Fortuño de utilizar estrategias republicanas para cuestionar las intenciones de la demócrata Pelosi. El Gobernador aprovechó también la carta que le envió el jueves a Pelosi para insistir en que por proponer una consulta que a su juicio está destinada a terminar con el actual status, el comisionado Fortuño busca quitarle su opción “a por lo menos la mitad del electorado de Puerto Rico”.

viernes, 23 de mayo de 2008

Piden a Fortuño que respalde asamblea constituyente

Image and video hosting by TinyPic AP SAN JUAN - Tras el rechazo de la Presidenta de la Cámara de Representantes federal al proyecto de status del comisionado residente Luis Fortuño, el representante popular Charlie Hernández le pidió al comisionado residente que apoye la alternativa procesal de la Asamblea Constitucional. El reclamo está contenido en una carta que Hernández le envió a Fortuño, coautor del proyecto que la demócrata Nancy Pelosi cree que aún no representa el consenso que está interesada en alcanzar para regular un proceso sobre el futuro político de Puerto Rico, según su portavoz, Nadeam Elshami. ''Ante las expresiones de la Speaker Pelosi, resulta evidente el fracaso de sus gestiones para impulsar la alternativa procesal que favorece el sector estadista con el endoso de algunos grupos independentistas. Ante esta situación, y en ánimo de impulsar esta discusión y evitar que su fracaso detenga el trámite del asunto, le solicito que acepte la alternativa de la Asamblea Constitucional de Status'', expresó Hernández en la misiva. En un comunicado, el legislador popular añadió que resulta evidente que el comisionado residente ha tenido tiempo suficiente para adelantar su propuesta de status y ha fracasado. ''Ante esto, debemos insistir en la alternativa de la Asamblea Constitucional de Status que garantiza la participación de todos los sectores ideológicos. Si Fortuño está dispuesto a abandonar sus estrategias previas y quiere atender este asunto seriamente, encontrará solidaridad dentro del Partido Popular para mover esta discusión'', añadió. En la misiva a Fortuño, Hernández le advierte que ''continuar insistiendo en proyectos cimentados en la tribalización y la confrontación de un sector ideológico contra otro va a provocar el tranque que inspiró la derrota de su Proyecto (HR)900''. En abril, el Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes estadounidense aprobó el informe oficial sobre el proyecto promovido por Fortuño y el congresista de origen puertorriqueño José Serrano. Ese proyecto, que recoge las recomendaciones de un informe de status emitido por un grupo de trabajo de la Casa Blanca, busca que los puertorriqueños decidan si quieren permanecer en la situación política actual o encaminarse hacia un status no territorial.

jueves, 22 de mayo de 2008

Nancy Pelosi sepulta el proyecto de autodeterminacion HR 900

Image and video hosting by TinyPic Nancy Pelosi FAX 1-202-225-4188 sf.nancy@mail.house.gov José A. Delgado El Nuevo Dia WASHINGTON – La jefa de la Cámara baja federal, Nancy Pelosi, sigue interesada en alcanzar un consenso en torno a una medida que regule un proceso sobre el futuro político de Puerto Rico, pero afirmó hoy que el proyecto 900 aún no lo representa. “No hay aún consenso dentro del caucus demócrata sobre la mejor forma de acercarse al debate del status”, indicó hoy Nadeam Elshami, portavoz de la demócrata Pelosi. El miércoles, el congresista demócrata José Serrano, principal autor del proyecto 900 que promueve una consulta “territorio sí o no”, predijo que esa medida será llevada a votación en el pleno de la Cámara baja federal antes de que concluya 2008. En este momento, sin embargo, Pelosi considera que sería “prematuro que la Cámara baja discuta una legislación sin alcanzar el consenso necesario sobre un proceso (de status) que el pueblo de Puerto Rico pueda respaldar”, indicó Elsham. Los comentarios de Pelosi surgen también después de que el comisionado residente en Washington, Luis Fortuño, le pidiera el miércoles en una carta que permita que el proyecto 900 sea debatido en el pleno de la Cámara baja federal. Los congresistas demócratas boricuas, Luis Gutiérrez y Nydia Velázquez, que defienden su propia legislación destinada a reconocer el poder de Puerto Rico para convocar a una Asamblea Constitucional de Status, son dos de los principales opositores al proyecto 900. En octubre pasado, el Comité de Recursos Naturales enmendó la legislación original Serrano/Fortuño, para eliminar la posibilidad de una segunda consulta “estadidad versus soberanía política”. Ahora se limita a reconocer que un plebiscito o una Asamblea Constitucional de Status pudieran darle continuidad a la votación inicial.

Puerto Rico’s Moment in the Sun

Image and video hosting by TinyPic MICHAEL JANEWAY Published: May 22, 2008 The New York Times PUERTO RICO, an afterthought trophy for the United States 110 years ago at the end of the Spanish-American War and an island in limbo since, has become an improbable player in the contest between Hillary Clinton and Barack Obama. Its primary on June 1 could bolster Mrs. Clinton’s claim to a majority of the popular vote — the combined tally for all the Democratic primaries and caucuses held across the country over the past six months. Puerto Rico’s formal role in the process is indeed weighty. Its 63 voting delegates — 55 elected ones and eight superdelegates — at the Democratic National Convention in Denver this summer will outnumber delegations from more than half the states (including Kentucky and Oregon) and the District of Columbia. Yet Puerto Rico does not have a vote in the Electoral College, nor will its 2.5 million registered voters cast ballots for president in November. How in the world did this happen? From the beginning, the question of Puerto Rico has perplexed the United States. The island was essential to the defense of the Panama Canal, so we did not make it independent, in contrast to two other Spanish possessions we gained in the war, Cuba (which become independent in 1902) and the Philippines (1946). And we judged it foreign in language and culture — and worse, overpopulated — so New Mexico-style Americanization leading to statehood was out of the question. Similarly, Puerto Ricans have never resolved their relationship with the United States. For almost 50 years after the Spanish-American War, Puerto Rican sentiment was divided between dreams of statehood and of independence. This ambivalence deterred the island from ever petitioning Congress for one or the other. And until mid-century, sporadic outbursts of violent nationalism haunted the scene. Partly to put such extremism out of business, Congress in 1948 allowed Puerto Rico to elect its own governor and then in 1950 gave it an intricately designed, semi-autonomous “commonwealth” status short of statehood. Two years later, the island adopted its own Constitution, and Congress quickly ratified it. Puerto Ricans elect their own Legislature, along with the governor. They enjoy entitlements like Social Security, but they do not pay federal income taxes. They retain their own cultural identity (Spanish is the prevailing tongue) but live under the umbrella of the American trade system and the American military. They have been citizens since 1917, but they have no vote in Congress or for the presidency. The man who brought forth this unique arrangement, which has come to seem permanent, was Luis Muñoz Marín, who dominated Puerto Rico’s politics beginning in 1940. In 1948 he became the island’s first elected governor. He won three more terms and could easily have been “president for life.” A stretch of 116th Street in Manhattan’s Spanish Harlem is named Luis Muñoz Marín Boulevard in his honor. Muñoz was an eloquent advocate of independence until, faced with daunting statistics at the end of World War II, he concluded that Puerto Rico’s impoverished economy could not support nationhood. So he began packaging his third-way brainchild. When pitching commonwealth on the mainland, Muñoz — an artist of words and imagery who also enjoyed a drink or two — would observe that Puerto Rico is the olive in the American martini. The phrase went down well in Washington, but Muñoz used different language at home. Neither Congress nor the American courts have ever embraced Muñoz’s Spanish-language phrase for “commonwealth,” universally recognized in Puerto Rico: “estado libre asociado,” or free associated state. Those three words suggested an autonomy (or even statehood or independence) beyond what came to pass. But Muñoz was too popular on the island for that to cause him trouble. Still, Muñoz always intended to bring “enhanced autonomy” in trade, self-governance, taxation and entitlements to Puerto Rico. But Fidel Castro’s seizure of power in Cuba in 1959 moved Washington’s attention away from the commonwealth. Muñoz left office in 1965. His dreams faded. The economy he jump-started went flat. Today, the government accounts for 30 percent of Puerto Rico’s work force (compared with 16 percent on the mainland). Then in 1974, the Democratic National Committee and some shrewd local political strategists came up with an idea for how to play to lingering discontent over the island’s status: Why not make nice with Puerto Rico (and, as important, with the Puerto Rican vote in American cities) by awarding it the number of delegates to the Democratic presidential nominating convention that its population would yield as a state? But not until this year has a presidential race been close enough, long enough, to yield Puerto Rico a role in the endgame. On the island, politics is focused on the longstanding deadlock between the two dominant parties, whose identities — one is for statehood and one is for enhanced autonomy — today bear no relation to those of the Republicans and Democrats in the 50 states. Mrs. Clinton and Mr. Obama are, gingerly, bidding for support from both of them. But the mainland population of Puerto Ricans (like the island’s, almost four million) is watching, too. That fully enfranchised constituency is up for grabs in November. Republicans have fished in these waters, too. Presidential candidates usually offer Puerto Ricans hazy promises that are sure to be unfulfilled. First on the list: We’ll do whatever you want about the island’s status if you deliver us an overwhelming majority for one or another option. That’s not going to happen. Since 1967, public support on the island has seesawed inconclusively between statehood and enhanced autonomy — a better version of the deal they already have. Muñoz’s commonwealth helped eclipse independence; that course enjoys only limited support today. An overwhelming majority of Puerto Ricans wants, one way or another, to be American. The next president could just appoint another commission, more high-level and forceful than past ones, to reopen the dormant question of Puerto Rico’s status. But there is an additional option. Fidel Castro is gone from office, Hugo Chávez’s influence is growing, Brazil is becoming an oil power, and the United States has no Latin American policy to speak of. John F. Kennedy wisely turned to Puerto Rican leaders to help him frame a new policy for the region in 1961. Similarly, the next president could ask Puerto Rico, with its democratic tradition and its past success with economic development, to help us plan for the post-Castro Caribbean. The United States is overdue in re-engaging with this special place, which landed in our lap as a stepchild of imperialism in 1898, and which we have never seen clearly.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Puerto Rico status - Hillary vs Obama

domingo, 18 de mayo de 2008

PPD defiende la Libre Asociacion

Image and video hosting by TinyPic AP SAN JUAN - Soberanía significa que una nación tiene la última palabra y acción sobre sus propios asuntos. Al menos, así lo establece la definición que figura en la declaración sobre el alcance del desarrollo del Estado Libre Asociado (ELA) que adoptó la Comisión de Status del Partido Popular Democrático (PPD). ''El elemento de soberanía significa que el poder último de una nación sobre sus asuntos reside en su gente, en el pueblo... El PPD es una institución que cree en una asociación política digna, no colonial ni territorial entre Puerto Rico y los Estados Unidos'', señala el documento aprobado el jueves pero divulgado el domingo. ''Para atender el asunto del status de Puerto Rico, debe comenzarse con el reconocimiento de que la soberanía recae sobre el pueblo de Puerto Rico. En el ejercicio de esa soberanía, nuestro pueblo puede asociarse (ELA soberano); separarse (independencia) e integrarse (estadidad federada)'', añade. La expresión fue adoptada en consenso en una reunión en la que participaron el gobernador Aníbal Acevedo Vilá, Charlie Hernández, Luis Vega Ramos, William Miranda Marín, José Luis Dalmau, Héctor Ferrer, José Alfredo Hernández Mayoral, Víctor Rivera Hernández, Maricarmen Aponte, Antonio Fas Alzamora, Eduardo Bhatia y Alfredo Salazar. Hernández, director ejecutivo de la comisión, dijo que ''esta declaración es el resultado inicial de la discusión interna del Partido Popular sobre los alcances de las determinaciones institucionales tomadas durante los últimos años sobre el concepto de asociación soberana como aspiración de crecimiento del ELA''. La resolución establece que la alternativa autonómica de un Estado Libre Asociado Soberano esencialmente busca que Puerto Rico y Estados Unidos lleguen a un acuerdo sobre cómo definirán la relación entre ellos, con la ciudadanía estadounidense como elemento de la asociación política. ''En ese esfuerzo, se dispone el alcance de los poderes jurisdiccionales que el pueblo de Puerto Rico autoriza dejar en manos de los Estados Unidos y retiene los restantes poderes o autoridades jurisdiccionales. Lo esencial es que bajo esa premisa, las competencias gubernamentales que Estados Unidos ejerza en Puerto Rico surgen por el consentimiento específico y no genérico del pueblo de Puerto Rico, de conformidad con los términos del acuerdo'', añade la definición. ''El Partido Popular Democrático apuesta al futuro de Puerto Rico. Llegó el momento de movernos hacia adelante. Por eso impulsamos y apoyamos el desarrollo autonómico del Estado Libre Asociado partiendo de los principios de soberanía, asociación y responsabilidades compartidas con Estados Unidos'', añade. La resolución destaca que el PPD está comprometido a que, si gana las elecciones de noviembre, la primera legislación que aprobará en enero será la convocatoria a una Asamblea Constitucional de Status. --------------------------------------------------------------------

AP
19/5/08 8:17 AM
SAN JUAN - Dentro de la nueva definición de Estado Libre Asociado Soberano, dada a conocer el domingo por el Partido Popular Democrático (PPD), el pueblo puertorriqueño debe tener el poder de enmendar el acuerdo que establezca con Estados Unidos. Charlie Hernández, director ejecutivo de la Comisión de Status del PPD, señaló el lunes que eso se lograría si el acuerdo dispone de antemano cómo se manejarían las enmiendas.

''Para tener garantías de que el acuerdo sea el mejor para el país, debería disponer cómo enmendarlo o ajustarlo dependiendo cómo las circunstancias vayan cambiando'', sostuvo en entrevista con Prensa Asociada.

''Ahora mismo, Estados Unidos lo puede cambiar unilateralmente porque no está claro el área jurisdiccional que Estados Unidos controla y el área jurisdiccional que Puerto Rico controla'' , añadió.

El PPD dio a conocer el domingo una declaración sobre el alcance del desarrollo del Estado Libre Asociado (ELA) que adoptó el jueves la Comisión de Status del PPD.

La resolución establece que la alternativa autonómica de un Estado Libre Asociado Soberano esencialmente busca que Puerto Rico y Estados Unidos lleguen a un acuerdo sobre cómo definirán la relación entre ellos, con la ciudadanía estadounidense como elemento de la asociación política.

''En ese esfuerzo, se dispone el alcance de los poderes jurisdiccionales que el pueblo de Puerto Rico autoriza dejar en manos de los Estados Unidos y retiene los restantes poderes o autoridades jurisdiccionales. Lo esencial es que bajo esa premisa, las competencias gubernamentales que Estados Unidos ejerza en Puerto Rico surgen por el consentimiento específico y no genérico del pueblo de Puerto Rico, de conformidad con los términos del acuerdo'', añade la definición.

El documento también señala que ''el elemento de soberanía significa que el poder último de una nación sobre sus asuntos reside en su gente, en el pueblo. Para atender el asunto del status de Puerto Rico, debe comenzarse con el reconocimiento de que la soberanía recae sobre el pueblo de Puerto Rico. En el ejercicio de esa soberanía, nuestro pueblo puede asociarse (ELA soberano); separarse (independencia) e integrarse (estadidad federada)''.

------------------------------------------------------------------- Acevedo Vilá ya no habla de la “unión permanente” Daniel Rivera Vargas El Nuevo Día El gobernador Aníbal Acevedo Vilá se distanció ayer del concepto de “unión permanente” entre Puerto Rico y Estados Unidos bajo el Estado Libre Asociado (ELA). Además, Acevedo Vilá aludió a que entre Puerto Rico y Estados Unidos lo que existe es un “consentimiento genérico” respecto a los alcances en la Isla del poder federal. En dos ocasiones se le preguntó sobre el concepto unión permanente, primero su impresión de que no era parte de la nueva definición del ELA y, segundo, si desaparecería del discurso del PPD. “El ELA que nosotros estamos proponiendo tiene el vínculo de la ciudadanía americana como el vínculo de asociación con Estados Unidos, que es lo esencial desde el punto de vista de nuestra relación con Estados Unidos en el ELA”, dijo Acevedo Vilá. El discurso soberanista en el PPD, que se empezó a escuchar para el 1998, cogió fuerza poco después que Acevedo Vilá fuera acusado por las autoridades federales de cargos criminales por fraude electoral. Algunos de sus opositores dicen que este discurso lo que busca es distraer y tratar de ganar votos de independentistas. “La ciudadanía americana es un vínculo indisoluble protegido constitucionalmente. Lo esencial es que la relación esté fundamentada en la soberanía del pueblo de Puerto Rico y en que mantengamos ese vínculo con la ciudadanía americana que siempre ha estado en el pensamiento prospectivo de desarrollo del ELA”, afirmó Acevedo Vilá, quien acudirá en junio ante el comité de descolonización de la Organización de las Naciones Unidas. Dijo que lo que existe actualmente entre Puerto Rico y el gobierno federal es un “consentimiento genérico”, y dio como ejemplo el caso del precio de la leche. “(A) nadie en la generación de Muñoz, se le habría ocurrido que el gobierno federal había de controlar el precio de la leche. Ahora, como es un consentimiento genérico, tenemos al Tribunal Federal diciendo cómo debemos regular el precio de la leche”, agregó el mandatario. ------------------------------------------------------------------- ((((((*******DEFINICION*******)))))) Tratado de Libre Asociación El Tratado de Libre Asociación (COFA, por siglas en inglés) define la relación que tres estados soberanos - Estados Federados de Micronesia (FSM), la República de las Islas Marshall (RMI) y la República de Palau -han entrado como estados asociados con los Estados Unidos. Ahora estados soberanos, los tres estados libremente asociados eran parte del Territorio en Fideicomiso de las Islas del Pacífico, un cargo de fideicomiso de las Naciones Unidas administrado por la marina de guerra de Estados Unidos a partir de 1947 a 1951 y por el Departamento de Interior de Estados Unidos a partir de 1951 a 1994. Bajo relación de "COFA", los Estados Unidos garantizaran ayuda financiera sobre períodos de 15 años, administrados a través de la oficina departamental de Asuntos Insulares, a cambio de ciertos derechos de defensa. Los estados libremente asociados participan activamente en todas las asistencias técnicas de la Oficina de Asuntos Insulares. Los Estados Unidos tratan a estas naciones únicamente, ofreciendo el acceso a muchos programas domésticos de los Estados Unidos, incluyendo programas de desastre, respuesta y recuperación del peligro bajo de FEMA. En 2003, renovaron los acuerdos entre el (RMI) y al (FSM) por 20 años. Estos acuerdos nuevos proporcionaron 3.5 mil millones de dólares en el financiamiento para ambas naciones. 30 millones de dólares, también fue proporcionado a Samoa americana, a Guam, a Hawaii, y a las Islas de Mariana Norteñas en el “Impacto Compacto” que financiaba. Estos fondos ayudan a los gobiernos de estos lugares a hacer frente al costo de proporcionar servicios a los inmigrantes del RMI, FSM, y a Palau. El uso de los Estados Unidos de Kwajalein Atoll para la prueba del misil, fue renovado para el mismo período. Los acuerdos nuevos también cambiaron ciertas reglas de la inmigración. Ahora requieren a los ciudadanos del RMI y del FSM que viajan a los Estados Unidos tener pasaportes. El acuerdo renovado para el (FSM) tomó efecto el 1 de mayo de 2004 y para el (RMI) el 30 de junio de 2004. El acuerdo para Palau expira en 2009. http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Libre_Asociaci%C3%B3n

“Separatistas, nacionalistas y antiamericanas”

Image and video hosting by TinyPic Las posturas “separatistas, nacionalistas y antiamericanas” que ha adoptado el Partido Popular Democrático (PPD), liderado por su presidente Aníbal Acevedo Vilá, “son ofensivas a la voluntad democrática de los puertorriqueños según expresada en la Constitución de Puerto Rico”. Y fue por eso que el Partido Nuevo Progresista (PNP) aprobó ayer una resolución de Iris Miriam Ruiz para censurar al Gobernador y al liderato de ese partido por su decisión, “que promueve ante el Congreso y ante el pueblo de Estados Unidos una imagen negativa de los puertorriqueños”. La decisión institucional fue revelada luego de la reunión del Directorio del PNP ayer, en la que además Fortuño solicitó a los puertorriqueños a firmar una petición para llevarla a la presidenta de la Cámara de Representantes federal, Nancy Pelosi, para que lleve a votación el proyecto HR 900, sobre el cual dijo que, junto al congresista José Serrano, ha conversado con líderes de mayoría y minoría y aseguró que cuenta con los votos necesarios para su aprobacion.

sábado, 17 de mayo de 2008

Se parece en algo a Puerto Rico???

Image and video hosting by TinyPic ¿Soberanismo o patrañas? Opinión - La Gomera - Canarias / "El mejor nacionalismo es una puerilidad, y el peor un fascismo" Yo debería en estos escritos, por mi formación, comentar temas económicos de actualidad. Pero hoy me van a perdonar porque cada día que pasa estoy más apesadumbrado con artículos y opiniones de personas que creen que los canarios son burros a los que se les pone la zanahoria delante y no dejarán de caminar por la senda que les marquen. Voy a ello. Les podría enumerar miles de motivos para aborrecer los nacionalismos y su versión presuntamente izquierdista,el independentismo (para mi son las dos caras del "soberanismo de alquiler" que ahora se lleva en Canarias). Pero entre los motivos que más me preocupan se encuentra la soberbia natural e innata de los que se declaran nacionalistas. Ezquerra o Convergencia en Cataluña, el PNV en Euskadi (o el PP en España) son prueba palpable de ello: yo soy Cataluña, yo soy Euskadi, yo soy España y me asigno el derecho a hablar por ti. O lo que es peor: a decidir por ti. En el caso de los nacionalismos regionales unos cuantos señores (normalmente intelectuales y burgueses con fortuna que vieron peligrar su poder "vitalicio") pensaron en su momento que Cataluña o Euskadi o Galicia tenían la entidad necesaria para ser una nación. Pues hala, poco importa si son muchos, pocos o nadie los que piensan como ellos y los que ven en estos debates algo por lo que preocuparse. Se trata de hacer creer al mayor número de ciudadanos (con razones fundadas o inventadas, da lo mismo) que el convertirnos en una Estado-nación es lo fundamental en el futuro próximo. Pero evidentemente gobernando ellos. Sus padres, caciques y burgueses nos gobernaban desde la humillación, ellos ahora quieren seguir haciéndolo desde nuestros sentimientos por el terruño. Y por fin ha llegado a Canarias. Inventa que algo queda y alguien se lo cree. Llegan dos iluminados seniles y se ponen a escribir disparates sobre "recuperar la soberanía", "el yugo opresor" y la gota de sangre guanche. Qué raro y qué curioso. Estas aspiraciones soberanistas aparecen en el peor momento del nacionalismo en Canarias. ¿Alguien quiere echarles una mano?. Pues que tengan cuidado porque a lo mejor les están echando una mano pero al cuello. Lo esperpéntico en Canarias es que las proclamas soberanistas vienen del centro derecha "de toda la vida" y de ex franquistas, economicistas liberales y empresarios (con El Día como vocero) que se aprovechan de las estupideces de ciertos "apesebrados" que se fueron con los que dominan el cotarro. Lanzan la proclama y ya está: Canarias Libre, Independiente, Atlántica, Africana, pero sin dejar de recibir el dinero europeo, claro... y la gente con los ojos como platos. Ponen un medio de comunicación importante en el medio de toda esta comedia y les da lo mismo. Coalición Canaria (perdón, cierto sector de ATI) comienza a alimentar debates de la nada, reclamaciones territoriales absurdas y abanderan patriotismos donde funden el más rancio insularismo contra Gran Canaria con el nacionalismo navideño de "somos 7 sobre el mismo mar". Presentan como globo sonda las ocurrencias de Cubillo y de las editoriales de El Día y …a jugar. Coalición Canaria dice: si sale mal nos reiremos todos de las tonterías de estos iluminados pero si sale bien podremos abanderar el proyecto de separación del Estado. Pero, ¿qué clase de locura es esta?. ¿Qué soberanía pretenden recuperar?. Dejen a nuestros antepasados en paz. Los aborígenes de las islas ni pertenecían todos a los mismos orígenes ni mantenían contacto alguno entre ellos. Lo más probable es que, a lo largo de muchos siglos, diferentes pueblos, mestizos desde su origen, fueran llegando a las islas traídos por marinos, comerciantes o por sus propios medios. ¿Qué nación, por tanto, existía aquí?. La formación del pueblo canario se diluye en la Edad Contemporánea y somos ricos en aportaciones de toda España y de Europa. Si aplicamos sus razones para la independencia, y lo que sabemos de los antiguos habitantes de las islas, cada isla debería ser un estado diferente. Por favor lean algo más de lo que se investiga de nuestra prehistoria y de nuestra historia y no se queden estancados en el creacionismo aislacionista clásico. Pero vamos a lo importante. ¿Qué status pretenden conseguir y cómo?. ¿Nos vamos del euro a la Unión Africana como dice Cubillo en la mayor estupidez escrita en toda nuestra historia?. ¿O quizás "país libre asociado"?. Conozco países libres asociados que tienen menos autonomía que nuestras comunidades autónomas. No somos europeos pero supongo que estos cantamañanas piensan que Europa seguirá enviándonos sus ayudas monetarias, seguiremos perteneciendo a sus instituciones y seguirán defendiendo nuestros productos ante la Organización Mundial del Comercio con aranceles y otras medidas proteccionistas. No somos españoles pero estos ilusos pretenderán seguir beneficiándose del turista peninsular y europeo, de los fondos de cohesión españoles, de la Zona Especial Canaria, de nuestro IVA especial (el IGIC) y de todas las herramientas que tenemos en la actualidad para hacer frente a nuestra lejanía y fragmentación territorial. ¿Qué estructura económica soportará este nuevo estado?. ¿Saben ustedes algo de Economía Política y de Macroeconomía?. ¿En qué postulados o experiencias se basan para defender esa postura?. Digan algo coherente. No basen sus proclamas en el amor a la tierra. Eso no es exclusivo de ustedes. Yo también defiendo mi tierra pero de una forma abierta, sin complejos pero también sin aventuras disparatadas. ¿Qué país conocen de nuestras dimensiones y con nuestros indicadores macroeconómicos que tenga un futuro digno?. ¿Qué país con las dimensiones de nuestro mercado ha salido adelante en el mundo?. (El caso de Cabo Verde es paradigmático: piden con insistencia una relación especial con Europa después de sus desastrosas experiencias en la órbita africana y como país independiente). Estos nacionalistas redentores nuestros no han sabido en varias décadas sacarnos del bicultivo turismo-plátano diversificando nuestra economía y ahora pretenden convertirnos directamente en un país bananero (y repito, gobernando ellos claro). Pero lo más sangrante (y vuelvo con la soberbia nacionalista) es: ¿de dónde sacan que los canarios piensan como ellos?. De las elecciones no será porque más del 70 % de la población vota a partidos que no comparten sus ideas. De lo que dice la gente en la calle tampoco: se habla más de la subida de los precios, de las listas de espera de Sanidad y del Tenerife que de la república federal de Cubillo y El Día. Entonces, ¿en qué se basan?. ¿Europa y España nos tratan mal?. ¿Ellos se han parado a pensar en el salto que ha dado Canarias (y el resto de España) gracias a los fondos europeos?. ¿Han observado la evolución de los presupuestos del Estado en sus partidas destinadas a Canarias?. ¿Saben por qué existe el R.E.F., la Z.E.C. y otros muchos instrumentos parecidos?. Señores nacionalistas, ¿creen ustedes en serio que un status especial de Canarias traería más riqueza y beneficios a las islas que ser una comunidad autónoma de uno de los principales estados de la Unión?. Ni la inmigración, ni nuestro último puesto en ciertos aspectos de la Educación, ni nuestra desastrosa gestión de la Sanidad, ni los casos de corrupción son problemas derivados de pertenecer al Estado en el que estamos integrados. Son problemas de gestión política y de tomar iniciativas. Lo que tienen que hacer los partidos, los agentes sociales y económicos y los medios de comunicación (como El Día) es contar las causas y las consecuencias de los problemas a los ciudadanos, no apoyar a los corruptos y no hablarle al canario continuamente de la existencia de un paraíso en medio del Atlántico. Ciudadanos recuerden: San Borondón no existe, nosotros somos CANARIAS.

viernes, 16 de mayo de 2008

Q&A: Puerto Rico politician wants to see island become 51st state

Image and video hosting by TinyPic By JERRY KAMMER • Gannett News Service May 16, 2008 WASHINGTON — As the Democratic presidential primary battle soon moves to the shores of Puerto Rico, the island's political concerns are likely to make the national news. The contest presents an unusual opportunity for the island, which has not received a visit from a sitting president since John Kennedy in 1961. For Kenneth D. McClintock, president of the Senate of Puerto Rico, the overriding issue is the political status of the island, which is now a U.S. territory. He would like to see Puerto Rico become the 51st state. Congress has the ultimate say in the issue, but congressional leaders say they want the people of Puerto Rico to reach consensus on the their future. McClintock backs legislation that would provide for a vote on whether to continue the current relationship with the U.S. or seek unspecified change, to be determined later McClintock, 51, is the son of a Puerto Rican mother and a Texan father. He has a law degree from Tulane University. During a recent visit to Washington, he spoke with Gannett News Service. Question: How are the votes shaping up in Congress for the political status bill? Answer: Most Democrats are in favor of it, along with some Republicans. One of the concerns among Republicans is that Puerto Rico would become an entirely Democratic state. Personally, I would hope that would be the case. But unfortunately, I must confess that I think it would be a swing state. There might be some advantage for the Democrats, but when you scratch the surface, Puerto Rico is a relatively conservative society. Q: Are Puerto Ricans enjoying their sudden political prominence on the mainland? A: We're enjoying every bit of it. Sometimes we feel left out, pushed aside. Now, when you have Bill Clinton coming in, Chelsea Clinton coming in, and Hillary and Barack and Michelle Obama, you have to feel good about that. Some people say it's ironic that we don't get to vote in the presidential election in November but we may decide who the Democratic nominee is. I say it's not only ironic. It's a prominent example of the injustices that we've suffered for so long. Q: What would the fiscal effects of statehood be for the United States? A: In the first few years, it might cost a day and a half of the current war expenditures (in Iraq and Afghanistan). That means it would cost maybe a billion and a half or $2 billion per year. That would be the expenses for programs in which we now either don't participate or don't participate fully, minus the federal taxes that we would pay. Q: How many Puerto Ricans are there? A: There are 3.9 million who live in Puerto Rico and 4.1 million who live on the mainland.

jueves, 15 de mayo de 2008

Obama promete recursos para status de Puerto Rico

Image and video hosting by TinyPic AP SAN JUAN - Michelle Obama aseguró el jueves que si su esposo gana la presidencia de Estados Unidos, asignará fondos para que Puerto Rico inicie un proceso de autodeterminación que comience en la isla. ''Si otros candidatos dicen que creen en la autodeterminación, lo que pienso que va a ser distinto no es la posición, sino en los recursos que él va a poner en asegurar que la atención de su administración va a estar enfocada en la gente de Puerto Rico'', destacó en entrevista radial (WKAQ). Obama dijo que ella y su esposo creían que la mayoría de los ciudadanos en Puerto Rico deben decidir si quieren permanecer con el estatus actual, anexarse como un estado de Estados Unidos o convertirse en una nación independiente. ''La decisión del estatus de Puerto Rico tiene que venir de la gente de la isla y él va a apoyar esa decisión totalmente'', sostuvo. Los habitantes de Puerto Rico están casi divididos en partes iguales sobre la cuestión del estatus de la isla. En referéndums han elegido permanecer como un territorio estadounidense y han rechazado convertirse en un estado o independizarse. La isla es un territorio de Estados Unidos desde 1898 y los nacidos en Puerto Rico tienen ciudadanía estadounidense desde el 1917.

Primarias USA y elecciones "ELA"

Image and video hosting by TinyPic Juan M. García Passalacqua Cristalizó. El Americano logró su propósito de perseguir públicamente al Gobernador. En la prensa del 29 de abril el Gobernador admitió que el caso federal en su contra "cristalizó" su decisión de optar por la soberanía. Dijo —y cito— "como nación soberana Puerto Rico decidirá el ámbito de la jurisdicción de una Corte federal en Puerto Rico". En la primaria USA el 1ro. de junio y en la elección ELA el 4 de noviembre —¿cuál será el efecto del Grito de Soberanía? He visto una encuesta precisa. Dice que el anexionista Partido Nuevo Progresista es respaldado por 39 de cada 100 electores y el estadolibrista Partido Popular Democrático por 35 de cada 100 electores, el Partido Independentista por 4 de cada 100, y Puertorriqueños Por Puerto Rico por 2 de cada 100. Un claro 20 de cada 100 se identifica con —ningún partido. Ninguno. Explico. La mayoría de los entrevistados advinieron a una conciencia política después del fin de la Era de Muñoz, como los cuatro líderes en la papeleta, pero Puerto Rico es un pueblo de colonizados. En la muestra se entrevistaron muy pocos desempleados dependientes de fondos federales (sólo 5 de cada 100, cuando son 23 de cada 100), y esos son —los colonizados aterrorizados. Ante el Grito de Soberanía, dependientes aterrorizados darían el triunfo al anexionismo penepeísta lidereado por Luis Fortuño, por 80,000 votos. Pero El Americano entenderá otra cosa. LAS PRIMARIAS ESTADOUNIDENSES — Antes de ese cambio histórico, vienen las Primarias Presidenciales Demócratas el 1ro. de junio. Hace varios años, diseñé junto al entonces senador Oreste Ramos, la Ley de Primarias Presidenciales de Puerto Rico. Me movió la convicción, producto de mis años en La Fortaleza, de que cualquier medida que provea acceso a los poderes que son en la metrópoli colonial —durante la colonia— es valioso. Acceso. Al ayudar a triunfar aquí al gobernador del estado de Georgia Jimmy Carter pude comprobar lo razonable de nuestra decisión cuando logramos la liberación de los presos nacionalistas que llevaban un cuarto de siglo en cárceles estadounidenses, y el abandono por la Casa Blanca de su apoyo al estadolibrismo colonial con la Proclama de Futuros Alternos de 1978. Ya publiqué la prueba. En lo que respecta a la afiliación a partidos estadounidenses, las proporciones favorecen al Partido Demócrata 50 de cada 100, al Partido Republicano 20 de cada 100, y a un enorme 30 de cada 100 —no les importan los partidos estadounidenses. Esos no votarán. Los datos alertarán —a El Americano— que los estadistas son colonizados dependientes que no serían republicanos. Mi estimado es de 600,000 de los 2 millones de votantes. Se equivocó lo anunciado en Estados Unidos por William Jefferson Clinton de 2 millones de votantes aquí ese día, que ha evidenciado su desconocimiento sobre nosotros. Los decididos a participar son sólo 4 de cada 10 de los penepés y populares, sin gran diferencia entre los dos partidos. El Americano se reirá. En el electorado boricua en general, Hillary tenía mayores simpatías que Obama en proporción de 5 a 4, una ventaja muy leve. Pero entre los que en efecto ya decidieron que van a ir a votar, están —empatados mitad y mitad. Contrario a los Estados Unidos, no hay diferencia aquí en la preferencia de varones y hembras. ¿El issue? La situación económica de la familia de los entrevistados comparada con un año atrás es "peor o igual de mala" para 6 de cada 10. Cunde la desesperanza en una supermayoría de este pueblo. Hillary y Obama ofrecen otra lluvia de billetes. Sobre los candidatos en la Primaria Presidencial, a 20 de cada 100 no les importan ninguno de los dos candidatos. Siete de cada 10 tienen una opinión favorable de Hillary Clinton, y 5 de cada 10 favorable hacia Barack Obama. He ahí escondido el silente racismo de los puertorriqueños. Clave es el hecho de que la mayor simpatía por Obama la tienen los independentistas, 6 de cada 10 pipiolos, los que no irán a votar. ¿Cuántos moverán los alcaldes? Si la participación es tan pequeña como preveo, El Americano entenderá —que no los queremos. LAS ELECCIONES EN PUERTO RICO — En las elecciones del 4 de noviembre, por un margen de 6 a 4, comenzaría una Era Anexionista. Sin embargo, la sorpresa (aún para mí que lo he propuesto por meses en mis programas de radio) es que 20 de cada 100 dicen no respaldar a ningún partido político. Por eso Aníbal quiere convertir su "partido" en un "movimiento". Porque 400,000 se resisten a votar por un partido político y votarían por candidaturas sin importarles que status favorecen. Ellos decidirían quiénes serán los nuevos líderes del país. Los porcientos en la encuesta son fieles a la división desde 1980 en que toda elección se ha decidido por variaciones de la fórmula de 45-45-5-5% desde entonces. Pero ambos partidos principales han perdido entre 6 y 10 de cada 100 de sus afiliados. Cunde la desafiliación. La razón es que 84 de cada 100 personas cree que la cosa está "peor o igual de mal" que hace un año. Los partidos políticos en Puerto Rico son vistos por 8 de cada 10 como —unos fracasos. Las elecciones dirán quiénes serán los nuevos líderes de Puerto Rico —electos por candidaturas. LA CLAVE DEL FUTURO — El dato importante que ofrece la encuesta son las razones por las cuales un elector boricua desea votar en una primaria para Presidente de Estados Unidos. De los 600,000 que irán, 8 de cada 10 dice que votarán "para tener algo que decir sobre cómo mejorar las relaciones entre Puerto Rico y los Estados Unidos", mejorar la cuestión del status. Los que votarán lo harán como "una manera para tratar de salir de la condición actual". Ellos entienden lo que nunca ha entendido el independentismo aquí: en la colonia, necesitamos acceso a la próxima Casa Blanca para precisamente —acabar con la colonia. El Americano lo entenderá. El efecto de la primaria USA y la elección ELA será el que les adelanté en esta columna el 1ro. de mayo. Ya el país está listo para que cuando se apruebe el proyecto de status entre sólo 2 opciones, una supermayoría —6 a 4— votará: NO SEGUIR CON EL ELA. Y en vez, los nuevos líderes electos por candidatura favorecerán PROCURAR OTRO STATUS POLITICO. Por fin.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Debate en la UPR: Status de PR

martes, 13 de mayo de 2008

El debate de la ONU

Image and video hosting by TinyPic Jose A. Delgado El Nuevo Dia La próxima sesión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas sobre la situación política de Puerto Rico puede ayudar a abrirle camino a los reclamos de que la Asamblea General revise el caso puertorriqueño en 2009. La resolución, que comienza a redactarse y será presentada por Cuba en la audiencia del 9 de junio, propondrá que el Comité reitere su pronunciamiento de 2007 a favor de que la Asamblea General retome el debate sobre Puerto Rico. Durante las últimas tres décadas y casi ininterrumpidamente, el comité de Descolonización ha expresado su respaldo a la libre determinación e independencia de Puerto Rico. "(Esta vez) se pueden tomar las medidas preparatorias para un debate a fondo en 2009", indicó el independentista Juan Mari Bras, por décadas vinculado a estas sesiones y quien aspira a que cobren mayor fuerza los esfuerzos a favor de una Asamblea Constitucional de Status. Mari Bras sostuvo que habrá que estar pendiente a las recomendaciones que pueda hacer en septiembre el comité general (la cuarta comisión) de la Asamblea General de la ONU, que en 2009 estará presidida por la delegación nicaraguense. "Nicaragua es un país amigo y comprometido con la causa de Puerto Rico", resaltó, por su parte, el presidente ejecutivo del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Fernando Martín, confiado en que la sesión de junio refleje la campaña de su colectividad para acentuar la solidaridad latinoamericana con Puerto Rico. En 2006, el PIP, por ejemplo, llevó ante el Comité de Descolonización al ex presidente de Argentina Raúl Alfonsín. Por vez primera, el debate de junio puede contar con la presentación de un Gobernador en funciones, pues Aníbal Acevedo Vilá ha indicado que testificará ante el Comité de Descolonización. Carlos Romero Barceló, Rafael Hernández Colón y Pedro Rosselló, como ex gobernadores, han declarado ante el llamado comité de los 24, indicó Mari Brás. Para Martín, sin embargo, el Gobernador parece encaminado a "hacer el mismo ridículo del pasado". "Va a insistir en que Puerto Rico no es una colonia y (su testimonio) es parte de la coyuntura de su defensa ante un caso de corrupción política", agregó Martín. El comisionado residente en Washington, Luis Fortuño, por su parte, le ha pedido a los presidentes de las cámaras legislativas que lleven el mensaje estadista ante el Comité de Descolonización en representación del Partido Nuevo Progresista (PNP). Pese a que considera que le toca al Congreso regular un proceso en torno al futuro político de Puerto Rico, Fortuño, presidente del PNP, dijo que las Naciones Unidas pueden "ayudar a levantar el perfil, para que quienes tienen la autoridad en ley de hacer algo que lo hagan". El Comité de Descolonización de la ONU ha separado los días del 9 y 10 de junio para el debate sobre Puerto Rico, pero la experiencia reciente es que los trabajos se terminan en un sólo día. La Asamblea General de las Naciones Unidas no revisa el caso político de Puerto Rico – como un tema independiente-, desde que en 1953 excluyó a la Isla del listado de países sin gobierno propio.

lunes, 12 de mayo de 2008

1943: El inicio de la "confusión"

Image and video hosting by TinyPic José R. Bas ARGENPRESS.info He sostenido en muchas ocasiones que el Estado Libre Asociado (ELA) no fue producto de una propuesta que naciera en Puerto Rico. También he dicho que EEUU no tuvo nunca la intención de darle la estadidad a Puerto Rico. Así mismo, he argumentado que fueron los intereses militares de EEUU los que influyeron sobre el Congreso para determinar el status político de la Isla que vivimos a partir de la década de 1950. El libro de Ronald Fernández, The Disenchanted Island, nos ayuda a documentar esas posturas con sus citas directas de las transcripciones de las discusiones del Congreso de EEUU. Los siguientes datos y citas se encuentran en el capítulo 6, titulado 'Prisoners of War'[i]. Según la lectura, en el 1943 el Senador Tydings presidía unas vistas con relación a un proyecto suyo encaminado resolver el problema del status de Puerto Rico. Hasta entonces, nadie ponía en dudas que Puerto Rico fuese una colonia de Estados Unidos. Esto ocurría mientras EEUU se enfrascaba en la Segunda Guerra mundial y había construido la base naval Roosevelt Roads en Ceiba. En estas circunstancias, se podrán imaginar la gran importancia estratégica que EEUU le adjudicaba a la Isla y cuál sería su interés en retenerla. Dice Fernández con respecto a la situación colonial de Puerto Rico: 'It was a terrible situation that Congress would never resolve by a grant of statehood. In fact, for all the talk of respecting the will of the people, Tydings made this statement to Rafael Carrión, an advocate of statehood: 'But the American Congress isn't going to give you statehood. There is no use butting about it; they are not going to give it to you'[ii]. Luego le pregunta a Carrión: 'Do you see any immediate prospect for granting statehood to Puerto Rico?'[iii] Carrión contestó: 'The answer would be no. No, definitely'[iv]. Sin disimulo alguno, se le cerraron las puertas a la estadidad como opción de solución al problema. Si la actitud del Congreso de EEUU con respecto a la Isla en momentos en que más la necesitaba era contraria a otorgar la estadidad, ¿por qué habría de inclinarse a ofrecerla ahora? Ya no existe interés militar alguno, ni situación en la que Puerto Rico juegue un papel importante para EEUU. La economía de la Isla está en precario y sin esperanzas de recuperarse bajo el esquema actual para ponerse en posición de aportar a la economía del país del que pretende formar parte. Y la economía del propio EEUU atraviesa dificultades muy serias. No parece evidente que existan las condiciones que favorezcan la estadidad. Algunos estadistas responderán que hay 4 millones de 'ciudadanos americanos' en la Isla y que si surge la petición de estadidad, EEUU no podría negársela. Pienso que esa idea es solo una ilusión. En 1989, recién derribada la muralla de Berlín y durante los procesos de discusión de status en el Congreso, los propios Senadores estadounidenses expresaron la posibilidad de que se pueda revocar la ciudadanía americana a los puertorriqueños debido a que la misma surge de un estatuto del Congreso y no de la Constitución norteamericana. ¿Dónde queda pues, la intención o el deseo de EEUU de salvaguardar los derechos de los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico? En realidad, no existen. Queda claro que el Congreso tomará decisiones considerando solamente los intereses y conveniencias de EEUU, no las de Puerto Rico, ni de los puertorriqueños. Bien pueden negarle la estadidad a Puerto Rico. En 1943, Tydings visualizaba la independencia para la Isla como la mejor solución práctica, según Fernández. Esa visión se nubló cuando el Sub-Secretario de Guerra de EEUU, John J. McCloy, depuso en las vistas. El Senador le preguntó si el aparato militar quería mantener el 'status quo' (colonial) en la Isla hasta el final de la guerra. McCloy contestó: 'That is right. I would like to make this suggestion also, that you do not limit it to precisely the date of the armistice, the cessation of hostilities. We ought to have a 'look-see' in regard to what the Caribbean area is at the end of the war….'[v] McCloy declaraba la preocupación de las Fuerzas Armadas norteamericanas sobre la geopolítica del Caribe luego de terminada la Segunda Guerra Mundial. Puerto Rico seguiría siendo importante para que EEUU pudiera garantizarse a sí misma la protección militar de la zona, de sus costas en el Golfo de México y del Canal de Panamá. Otro Senador, Robert Taft, hizo el siguiente comentario, luego de escuchar el testimonio del militar: '…I can understand a certain amount of autonomy, but I cannot understand how you can reconcile complete independence of the Island with the effective and necessary use of Puerto Rico for a military control of the Caribbean…'[vi] Luego, Tydings le preguntó a McCloy '…in the end you would rather have no independence at all. That is a logical conclusion is it not?'[vii] Y el oficial militar respondió: 'yes; from a purely military point of view'[viii]. Posteriormente, en 1945, la Marina de Guerra de EEUU a través del Departamento de Guerra expuso en un memorando los criterios que debían cumplirse si se modificaba de alguna manera la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos. El Estado Libre Asociado que se estableció en 1952 se ajustó cabalmente a los mismos. Las fuerzas Armadas estadounidenses se oponían a cualquier cambio que le concediese la soberanía a Puerto Rico. A la vez, demandaban privilegios de preferencia, perpetuos e irrestrictos sobre los servicios de electricidad y agua y sobre las instalaciones de transportación marítima, aérea y terrestre. Además, insistieron en la permanencia del Tribunal Federal en Puerto Rico.[ix] En 1943, el Congreso norteamericano echó la suerte del futuro de Puerto Rico. Los militares norteamericanos ganaron. En la época en que el independentismo era mayoritario y había una efervescencia por la independencia de Puerto Rico, el invasor decidió que sus intereses militares estaban por encima de la voluntad del pueblo de Puerto Rico y desviaron el proceso que pudo haber resuelto el problema del status, hacia una solución colonial, pero con apariencia de no serlo, hacia el Estado Libre Asociado. De ahí en adelante lo demás es historia conocida. En el 1946 el Presidente de EEUU nombró al primer puertorriqueño como gobernador. En el 1947 el Congreso aprobó la Ley de Gobernador Electivo y en el 1948 el pueblo escogió al primer gobernador de la colonia. En ese mismo año la Legislatura de Puerto Rico aprobó la Ley de la Mordaza para perseguir y encarcelar a los Nacionalistas y a los independentistas del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) elevando a la categoría de 'crimen' ser independentista en Puerto Rico. En el 1950 el Congreso aprobó la Ley 600 que autorizó a los puertorriqueños a redactar una constitución con autoridad limitada exclusivamente sobre asuntos locales y en el 1952, se instala la llamada constitución del ELA. Estados Unidos abrió sus arcas y comenzó a derramar dinero en la Isla para suprimir la presión social que existía debido a las condiciones de extrema pobreza y para comprar consciencias. Ya en 1942 un oficial del Departamento del Interior norteamericano había declarado ante el Congreso que: 'Something urgent had to be done if the island was to be saved – and 2,000,000 on the island which is an eastern defense bastion for the Panama Canal cannot be permitted to starve, riot and revolt'[x]. A nadie le debe caber duda alguna de que el imperio actuó primordialmente para satisfacer sus propios intereses. Los puertorriqueños fuimos objeto de las decisiones que se tomaron en otro lugar. La represión del independentismo por un lado y la atención a las necesidades económicas de la isla fueron los instrumentos usados para mantener la colonia tranquila. Las ayudas económicas fueron el precio que pagaron para conseguir su objetivo. El Partido Popular de Muñoz Marín fue un mero actor que se prestó para recitar mansamente el libreto escrito tras bastidores por quienes realmente tenían el poder: el Congreso de EEUU. De esa manera se dio la apariencia de que 'la obra' gozaba de la aprobación del pueblo y por tanto, se podría argumentar que era legítima. Fue una gran farsa a la que se prestó un sector importante del liderato político puertorriqueño (Muñoz y su Partido Popular) que agravó el estado de división del pueblo y sembró por primera vez dudas sobre si aquello del ELA había realmente descolonizado a Puerto Rico. Los independentistas siempre hemos sostenido que no. Luego de leer el relato histórico de Ronald Fernández, me convenzo aún más de las certeras palabras de un gran líder de la independencia[xi] quien asegura 'que el milagro es que aún queden independentistas en Puerto Rico'. Los imperios actúan así. Las colonias están a merced de los colonizadores. En las colonias, pocas cosas ocurren por la voluntad de los colonizados. La implantación del ELA colonial es el mejor ejemplo de esa verdad. La semilla de esa confusión se sembró en el Congreso de la metrópolis en el 1943. Sin embargo, hay esperanza. El independentismo existe y está organizado. Aquello que propició el sostenimiento del coloniaje por parte de la metrópolis, ya no existe. El Canal de Panamá que estaba bajo el control de EEUU y que justificó la toma militar de Puerto Rico, ahora es de los panameños. La guerra fría pasó y la llamada amenaza del bloque comunista al capitalismo, cesó. Los puertorriqueños unidos demandamos la salida de la Marina de Guerra de EEUU de Vieques y se fue, no solo de allí sino que abandonó la base naval en Ceiba, la más grande e importante fuera del territorio continental estadounidense, según la describieron ellos mismos. Se abre una puerta en la historia puertorriqueña a través de la cual los puertorriqueños podemos pasar y aclarar las cosas definitivamente. Es responsabilidad de los independentistas estar atentos a los tiempos y aportar con su lucha decida y firme a despejar aquella confusión colonial que nos sembraron desde la metrópolis en 1943 ejerciendo nuestro derecho a decidir que seamos libres.

sábado, 10 de mayo de 2008

La cobardía - II

Image and video hosting by TinyPic Luis Dávila Colón En nuestra última columna analizamos la correlación que existe entre el crecimiento de votos del Partido Nuevo Progresista y los giros nacionalistas, antiamericanos y separatistas del Partido Popular. En nuestro análisis hemos ido probando lo siguiente: 1) El Partido Estadista ha crecido mayormente de votos estadolibristas. De un 12% en 1952 a un estancado 47% en el nuevo milenio. Ese estancamiento ha durado 4 décadas. 2) En sus 41 años de existencia, el PNP ha tenido el ideal de la estadidad estancado porque se ha dedicado a administrar y a "mejorar" la colonia y ha abandonado el curso y la agenda ideológica. Aunque la Palma ha ganado el poder completo en sólo 3 de las últimas 10 elecciones, los votos de la estadidad en el plebiscito del 1998 (728,157) fueron menos que los votos que recibió el PNP para la gobernación en las elecciones del 80, 84, 88, 92, 96, 00 y 04. De hecho, en el 98 la estadidad recibió apenas 2 de cada 3 votos del millón de papeletas obtenidas por Pedro Rosselló en 1996. 3) Lo que ha hecho crecer al PNP en términos dramáticos, ha sido precisamente cuando estando en minoría ha explotado y capitalizado los pujos separatistas de la Pava. Ejemplo: 68, 76, 76 y 92. Y por el contrario, ha perdido cuando ha querido correr estando en minoría para competir de igual a igual con quincalla electoralista y le ha cedido el espacio ideológico a la Pava: 72, 80, 84, 88, 96, 00, 04. Sigamos repasando la historia. La victoria compartida de 1968 se le borró al PNP en el 1972 cuando los 88,000 votos del Partido del Pueblo regresaron al PPD y le dieron a Rafael Hernández Colón una victoria de 85,000 votos en las elecciones del 72. Aún así, la diferencia entre estadistas y estadolibristas ya no era de 250 mil votos o 20%. Para aquella época, el PPD volvió a traquetear con el status sacando los embelecos del Pronunciamiento de Aguas Buenas (1970), La Nueva Tesis (1972) y El Nuevo Pacto (1973). El Rafaelismo también abandonó la propuesta del voto presidencial para seguir el giro soberanista. Carlos Romero Barceló, entonces alcalde de San Juan, le vio los tomates al perro y en la campaña del 76, le dio bien duro al tema del separatismo popular. Resultado: el PNP ganó y creció 150,000 votos de una elección a otra. Por primera vez, el PNP dominaba la Legislatura y el PPD no creció nada. En el 76, el PNP subía de 43% a 48% y el PPD bajaba de 51% a 45%. La cuña de la separación y de la soberanía volvió a costarle a los populares un ojo de la cara. Solo, el PPD ya no ganaba sin anexar votos nacionalistas. El próximo salto cualitativo y cuantitativo en el crecimiento de la Palma se dio en las elecciones del 92, en las cuales el PNP recibía 170,000 votos más que 8 años antes. Aquella primera gran "barrida azul" la armó Pedro Rosselló, precisamente explotando la cuña ideológica. Entre 1985 y 1991, el Partido Popular y RHC volvieron a adoptar un giro separatista y nacionalista. Durante ese período cristalizaron el ideal de la república asociada y su principal liderato fue adoptándolo. RHC adoptó la política de españolización y llegó a imponer el "Spanish only". El PPD aprobó La Enmienda Vizcarrondo, incrementó sus críticas soberanistas antiamericanas en la ONU y el proceso culminó en el Referéndum de la Alcapurria, o Ley de Derechos Democráticos, que terminó siendo el "Waterloo" de la Pava. Rosselló se montó en el poder, inspirado por el lema "Dile no a la separación" y el sorprendente triunfo del "No" en el 1991 por una ventaja de más de 101,000 votos. PRG logró armar una coalición de penepés y de estadolibristas pro americanos escandalizados por la exclusión del inglés como idioma oficial, los $35 millones del Pabellón de Sevilla, los abusos de la tercera ronda del Cerro Maravilla, etc. Aquella victoria en contra de la separación, sentó las bases para los triunfos de Rosselló en el 92 y 96. Aunque no lo admita hoy en día, Rosselló le atrajo al PNP unos 100,000 estadolibristas que se sintieron cómodos con su promesa de separar el status en plebiscitos segregados de las elecciones, la política de fortalecer el inglés y el bilingüismo y sus incuestionables logros económicos de los primeros años. Desafortunadamente, Rosselló no hizo nada por atar permanente e ideológicamente esos electores a la estadidad. Por esa razón cuando afloraron los problemas de la corrupción, la venta de la Telefónica, la guerra con la familia Ferré-Rangel y el plebiscito a la trágala, esos electores abandonaron al PNP y votaron por "ninguna de las anteriores" en el plebiscito del 98. Las ganancias y los avances del 90 se hacían sal y agua. Esos votos que regresaron a la Pava con una Sila Calderón que apoyaba el inmovilismo y que prometía villas y castillas, volvieron a revalidar PPD en el año 2004 con otro voto castigo contra Rosselló, la corrupción y el cuco del impuesto de ventas (IVU) que hábilmente Acevedo Vilá ató al "afán estadista" y al otro cuco del "territorio incorporado". La elección del 2004 es otro ejemplo donde el PPD plebiscitó la campaña hacia la izquierda, logró vaciar el PIP para subsanar su déficit estructural y el PNP no corrió campaña ideológica creíble porque, con excepción de Vieques, Sila no le dio mucho margen, o la creatividad de los publicistas estadistas no pudo articular un buen mensaje de los peligros del separatismo popular. El PPD había sentado las bases ideológicas que le montó la coalición de izquierda con el ningunismo del 98, con la histeria de Vieques y la diabolización de todo lo estadista. El anterior repaso histórico debe jamaquear la resistencia del PNP en no atar el problema económico a las políticas separatistas vigentes, su miedo a no querer tocar el asunto del status y a no enfrentar al PPD con su postura antiamericana, soberanista y separatista. No hacerlo, es ignorar probablemente el segundo tema de mayor importancia en esta elección detrás de la economía y el costo de la vida. No hacerlo, es dejarle el campo abierto a AAV para que polarice a su antojo la elección diciendo, como ya ha dicho, que Fortuño y el PNP representan la destrucción de la nacionalidad y de lo puertorriqueño. Hay otra razón adicional por la cual el tema de la separación es un imperativo categórico vital. La campaña de "write-in" de Rosselló representa una sangría de al menos 100,000 votos estadistas para el PNP. Exodo que pudiera mitigarse si esos electores estuvieran conscientes del extremo peligro del separatismo popular. Sin duda alguna, para los estadistas ésta es la elección de las maletas. Por otro lado, la única manera que el PNP puede reponer con creces los rossellistas es precisamente capturando ideológicamente los populares pro americanos y convenciéndolos que el único partido unionista es el PNP. Mientras la Pava pesque en la limitada pecera de rendimiento decreciente del PIP, el PNP puede pescar en un océano de medio millón de votos populares, horrorizados con la experiencia traumática de 8 años. Lección magistral: de los cobardes no se ha escrito nada...

viernes, 9 de mayo de 2008

PNP continúa siendo un partido ideológico .

Image and video hosting by TinyPic The Associated Press

SAN JUAN — El Partido Nuevo Progresista (PNP) continúa siendo un partido ideológico que promueve la estadidad para Puerto Rico y un voto por su candidato, Luis Fortuño, sería un voto por la anexión aseguró el comisionado residente.

Según Fortuño, éstas, como otras elecciones, “siempre han sido plebiscitarias... el status siempre ha estado en issue”.

Fortuño reaccionó así a expresiones del pasado presidente de la colectividad anexionista Pedro Rosselló, quien dijo hoy que ahora el PNP es un partido de centro que ha abandonado el ideal y la derecha.

“El único partido que garantiza la unión permanente con Estados Unidos es el PNP”, indicó Fortuño al referirse a que el Partido Popular Democrático y su presidente Aníbal Acevedo Vilá, “se han movido hacia la independencia”.

Se refirió a que Acevedo Vilá proclamó en la asamblea del PPD hace dos semanas que ese partido debe buscar la soberanía del pueblo puertorriqueño.

Fortuño indicó que Rosselló y quienes le siguen “son importantes” para el PNP por lo que pidió que se unan a su campaña y que voten íntegro bajo La Palma el próximo cuatro de noviembre.

Desatendido el status según Rosselló

Image and video hosting by TinyPic Obed Betancourt EL VOCERO El Partido Nuevo Progresista (PNP) se ha movido a ocupar el espacio que ha dejado el Partido Popular Democrático (PPD), que ahora se inclina hacia la izquierda soberanista, señaló a EL VOCERO el ex presidente de la agrupación estadoísta, Pedro Rosselló González. Pero la ocupación de ese espacio hacia el centro no es gratuita, advirtió el ex gobernador, sino que en el camino el PNP tuvo que dejar de lado promover la solución al problema del status, un asunto del que, dijo Rosselló González, él no podría desvincularse. En un análisis sobre los partidos y sus más recientes actividades, el actual senador sostuvo que el PPD mantenía el "statu quo" para no desgajar "la amalgama de posturas que pragmáticamente se mantenían unidas". "El status no está en issue" le permitió al partido de la pava roja unificar las posturas soberanistas de algunos de sus líderes con las del sector que cree en la unión permanente no estadoísta. Pero ante la determinación del gobernador y presidente del PPD, Aníbal Acevedo Vilá, de "mover" la colectividad hacia la soberanía, el PNP pasó a ocupar dicho espacio, desprendiéndose, sin embargo, de la discusión del problema del status. Aunque se ha venteado el movimiento del PPD hacia la soberanía, para Rosselló González el mismo responde más bien "a las necesidades personales" de Acevedo Vilá y no de un claro clamor popular. El ex gobernador indica que el Gobernador ha tratado infructuosamente de identificar "las acusaciones federales de corrupción contra él" con un ataque al pueblo de Puerto Rico. "¿Es el partido o son las necesidades del Gobernador?", se preguntó, sin descartar que el movimiento sea algo concreto, aunque responde más a una defensa por las acusaciones federales de corrupción que a un reclamo popular. "Ese movimiento del partido popular (hacia la soberanía) se está dando, pero en el PNP también se está dando otro movimiento, invadiendo el espacio del ‘status no está en issue", dijo. De hecho, indicó que para llenar ese espacio del centro político isleño, es un "elemento indispensable" abrazarse a "el status no está en issue". Ahora bien, agregó, el PNP "dejó ese espacio huérfano en el que se quiere solucionar el status, y eso significa que una parte del pueblo se ha quedado sin un instrumento político". Y se preguntó retóricamente: "¿cómo uno debe actuar en este caso?". Rosselló González insistió en que, como uno de sus principios, la solución al problema del status debe promoverse. "El PNP se movió, pero yo no", agregó, "si me quedo solo, será con esos principios, esa es mi opción". En torno a ese movimiento del PNP hacia el centro, Rosselló González no lo atribuyó a una estrategia de campaña del partido, "sino que son sus nuevos valores". Pero si fuera una estrategia de campaña, entonces "sería un engaño". El ex gobernador no quiso comentar sobre la campaña de Fortuño, y además explicó que "nunca he hablado de candidaturas, no he hablado nada de Fortuño. Esto no se trata de diferencias personales", sino más bien, como dijera anteriormente, de visiones distintas de partido. "Hay una realineación de las fuerzas" (políticas), enjuició en términos generales. Indicó que, a su juicio, el PNP no es un partido propiamente de derecha, "porque mucho más conservador es el partido popular, tanto en su programa como su forma de gobernar". Rosselló González enumeró de hecho una serie de programas sociales que el partido ha implantado durante su gobernación y las anteriores, contrastándolas con las del PPD, y concluyó que el PNP es mucho más liberal. Sobre la anunciada denuncia del Gobernador ante la ONU, Rosselló González calificó la misma como una necesidad relacionada con su problema personal y para protegerse de las acusaciones federales. "Ya él había indicado que Puerto Rico no es una colonia", y ahora tiene un cambio de posición "muy conveniente". Por otro lado, a preguntas de EL VOCERO el Senador insistió en su teoría del "empoderamiento" del pueblo para que tome sus propias determinaciones. En ese sentido no criticó la reciente incursión de su ex comisionado electoral Ramón Bauzá al autoproclamado movimiento de "write-in" que intenta que salga electo el ex gobernador en estas elecciones, inscribiendo su nombre en la papeleta. "Apoyo que la gente tome sus propias decisiones sin las influencias político-partidistas", dijo. Este no ha desalentado dicho movimiento aunque ha reiterado que se retiró de las candidaturas. Rosselló González sostiene que "los movimientos de pueblo", un concepto que inclusive acaba de capturar Acevedo Vilá con su "movimiento autonomista popular", son fuerzas legítimas que superan "lo que los líderes (de los partidos) decidan". En el caso del PPD, dicho movimiento es dirigido por los mismos líderes políticos, por tanto no cabe dentro de la teoría del "empoderamiento". El ex gobernador presume que "500 años de coloniaje nos han acostumbrado a tener dependencia del patrono, del jefe, de los líderes políticos, del colonizador. Ya es una manera de actuar (la del sometimiento)". Y que "el antídoto" a esta deformación colonial es "empoderar’ al pueblo" para que supere dichas actitudes limitantes. "Ese ‘empoderamiento’ se debe dar antes de dejar de ser colonia, y que el pueblo le diga a los líderes, no los líderes al pueblo, lo que quieren", señaló.

Un independentista no afiliado habla sobre la ‘revolución pacífica’ del PPD

Image and video hosting by TinyPic Joel Ortiz Rivera El Nuevo Dia Lo que signifique la palabra ‘soberanía’ para Aníbal Acevedo Vilá tendría que ser discutido profundamente antes de que se pueda determinar el grado de compromiso que recibiría de parte de los sectores independentistas no afiliados.

Eso podría resumir el parecer del copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, Héctor Pesquera, al preguntársele ayer sobre la iniciativa del presidente del Partido Popular Democrático de reunirse alrededor de la Isla para discutir el propuesto nuevo rumbo soberanista que habría de tomar la colectividad.

Para Pesquera, la definición tendría que contener tres puntos mínimos: no puede haber una constitución de otro país sobre la nuestra; no puede existir otro sistema judicial sobre el puertorriqueño; y el acuerdo debe incluir la libertad para hacer tratos comerciales.

“En una relación de asociación se pueden negociar cosas como la ciudadanía y el uso de la moneda”, dijo el médico de profesión al explicar los puntos. “Lo que no es negociable es que en Puerto Rico manden otros dentro de una relación de soberanía”.

Aunque habló desde un punto de vista personal, Pesquera informó que la colectividad que codirige ya realiza ese tipo de análisis sobre lo que sería aceptable como parte de una relación de “soberanía digna” y que algunos miembros se han reunido con líderes del PPD, pero que no ha habido ningún tipo de acercamiento de índole electoral.

Por su parte, el analista y abogado estadista Carlos Díaz Olivo opinó que la estrategia electoral que el PPD usa para ampliar su base se inclina más hacia los sectores de centro-izquierda, como los nacionalistas e independentistas, que hacia la derecha, como podrían ser los estadistas no afiliados.

Este vio la línea soberanista como una de regreso a los inicios del PPD, cuando Luis Muñoz Marín aún abogaba por la independencia y la colectividad tenía ideas más liberales.

Destacó que el PPD se convirtió a través de las décadas en otro partido pro americano parecido al PNP, y que incluso en la década de los 50 persiguió a los independentistas y en los 60 se tornó en sumamente derechista.

jueves, 8 de mayo de 2008

Sera esto un mensaje para AAV?

Image and video hosting by TinyPic Opinión Cuba Manuel E. Yepe Fecha publicación: 08/05/2008 La posibilidad de formular una política exterior propia, en función de los intereses nacionales, se vislumbró en Cuba por primera vez en su historia en 1959. El escenario en el que Cuba habría de desplegar entonces esa política independiente debía considerar factores históricos, geográficos y, por supuesto, políticos concretos que se singularizaban de manera tal que ningún modelo importado servía a los propósitos cubanos. En Cuba, como en Puerto Rico, el colonialismo español había durado casi un siglo más que en los demás países sometidos a este régimen en el resto del hemisferio, pero mucho menos que en los vecinos de las Antillas menores, donde solo Haití había conquistado su independencia, por cierto, antes que los suramericanos. Cuba había tenido que librar dos cruentas guerras por la independencia que sedimentaron procesos de integración nacional en la sociedad cubana y también condicionaron la actitud hacia la Isla de los Estados Unidos de América. Los objetivos estratégicos de los revolucionarios cubanos desde el inicio de sus luchas en 1868 han sido, claramente, tres: la independencia nacional, la identidad cultural, y la justicia social. La relación con el vecino del norte ha tenido siempre una presencia paradójica mantenida hasta nuestros días. Estados Unidos irrumpió en el escenario de la guerra cubana de independencia cuando los revolucionarios cubanos estaban a punto de vencer, luego de haber estado apostando al desgaste de las dos partes para hacer realidad sus sueños de que la Isla cayera en sus manos cual “fruta madura”, según vaticinara John Quincy Adams, Secretario de Estado en el gobierno de James Monroe y más tarde su sucesor como presidente. Cuba constituyó la primera experiencia neocolonialista de los Estados Unidos a escala mundial –considerando que los nexos con Puerto Rico y Filipinas, territorios también adquiridos en la guerra contra España, tomaron otros cursos. Puede suponerse que es por ello que, para Washington, el fracaso del sistema de relaciones constituido con Cuba y practicado durante casi sesenta años, resulta, desde 1959, más importante que lo que indica la lógica pura. Con relación al período colonial, la política exterior de Cuba en los 56 primeros años de pretendida independencia solo significó un cambio de la dominación española por una subordinación colonial virtual a los Estados Unidos de América. Los problemas que enfrentaba Cuba durante los años 50 del siglo XX no eran mayores ni muy distintos a los que afectaban a muchas otras naciones del continente. Es cierto que Cuba sufría una cruel tiranía, pero igual había feroces dictaduras en muchos otros países de América. Las injusticias eran enormes en Cuba, pero no lo eran menos en la mayoría de los demás países latinoamericanos. El análisis de los motivos de que fuera Cuba donde triunfara una revolución que habría de dar paso a otra más grande aún que ya está teniendo lugar en toda la región, no es tema de este comentario, pero no puedo abstenerme de señalar que las condiciones y méritos de los revolucionarios cubanos que venían luchando durante más de noventa años no habrían bastado para ello de no haber contado la patria con un conductor como Fidel Castro. Fidel aportó su talento y acción a una causa compartida por lo mejor y más sano de la sociedad. Promovió su liderazgo a base del ejemplo personal y la evidencia de sus convicciones, proyectos e ideas. Las corrientes revolucionarias que confluyeron para dar lugar a una dirección única de la revolución encabezada por Fidel Castro durante la lucha contra la tiranía y luego de la toma del poder, hicieron cada una de ellas sus aportes al diseño y al desempeño del proceso. Para comprender el grado de sumisión del accionar político oficial cubano en la arena internacional antes de 1959, basta recordar que cuando tiene lugar el triunfo revolucionario, el organismo de la administración central cubana para las relaciones exteriores llevaba el nombre de Secretaría de Estado y era, efectivamente, una filial de la Secretaría de Estado de Washington. Fue en junio del 59, al poco tiempo de haber asumido el doctor Raúl Roa la conducción de ese organismo, que se le rebautizó con el nombre de Ministerio de Relaciones Exteriores. Y no se trató sencillamente de un cambio de nombre, fue proclama de unas intenciones que se hicieron realidad en poco tiempo: Cuba había asumido la conducción por si misma de su política exterior y se proponía el establecimiento de relaciones, en pie de igualdad, con todos los países, sin distingos de sistemas sociopolíticos ni ideologías. Yo definiría los objetivos generales de la política exterior de la revolución cuando recién llegaba al poder, como los siguientes: defender la independencia, la soberanía y la seguridad de la nación; hacer valer su derecho a la autodeterminación y a darse la forma de gobierno y el sistema socioeconómico que determinaran sus ciudadanos; proteger y proyectar su identidad cultural y valores sociopolíticos en la arena mundial con el protagonismo que corresponde a su condición de miembro efectivo de la sociedad internacional, con iguales derechos y deberes que cualquier otra nación, sin importar su tamaño, población, poderío militar, antigüedad, desarrollo económico o cualquier otra condición. Los métodos de la política exterior cubana se han caracterizado por su carácter creativo y solidario, inflexibles en la defensa de la soberanía nacional e intransigentes en su adhesión a las normas internacionales, pero siempre partidarios de la negociación y el entendimiento para la solución de los conflictos. Hacia esos objetivos y con tales métodos se fijaron las bases de la política exterior propia de la revolución cubana. http://www.argenpress.info/nota.asp?num=054828&Parte=0